Con un mundo abierto de 400 kilómetros cuadrados este juego podría ser la bomba, pero al final se queda a medias. Análisis de Wreckreation
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Burnout es una de las sagas de conducción arcade más queridas del mundo de los videojuegos. Su vacío no se ha cubierto de momento y muchos aún recordamos algunas de sus mejores entregas, como Burnout 3: Takedown o Burnout Paradise, que al menos recibió un remaster hace unos años. No he parado de pensar en la franquicia mientras jugaba a Wreckreation, el nuevo juego de Three Fields Entertainment y THQ Nordic.
Este videojuego de coches arcade también apuesta por la destrucción y caos, pero introduce algo muy curioso: puedes modificar el mundo, construyendo por cualquier parte rampas y otros elementos para hacer locuras. Por tanto, no sólo mira a Burnout, sino que propone algo distinto, aunque la ejecución hace aguas. Aún así, ¿merece la pena lo que ofrece? Te lo cuento en este análisis.
"Modo Dios" en un juego de coches
Tengo que reconocer que el planteamiento de Wreckreation es interesante: un juego de coches de mundo abierto con multitud de pruebas y desafíos, pero con la gracia de que puedes modificar el mapa para hacer que su escenario sea todo lo alocado que se te ocurra. Sobre el papel, el concepto es atractivo, sobre todo porque puedes hacerlo en solitario y en online mientras corres con amigos.
En cualquier momento, puedes parar en mitad de una autopista y plantar ahí una rampa gigante para dar un salto tremendo con tu deportivo. Da igual que te vayas; seguirá ahí. El mundo recuerda tus cambios… Aunque tiene trampa, porque en cada carrera o desafío las modificaciones desaparecen, quitándole gran parte de la gracia al asunto. Cuando terminas la prueba, los cambios vuelven a reflejarse.
Este "patio de juegos" es lo más atractivo. Por si todavía no lo tienes claro, Wreckreation es mucho más que un juego de carreras. Es un sandbox. Un MixWorld, como le llaman ellos. Puedes cambiarlo todo en cualquier momento, incluso la densidad del tráfico (aunque al poner el tráfico a tope no se nota gran diferencia) o la hora del día. Es como una especie de "Modo Dios" en el que experimentar sin un objetivo claro más allá de intentar divertirte.
De hecho, he estado jugando online con un amigo y hemos encontrado cierta gracia en desbloquear todo el contenido (sí, puedes hacerlo en las opciones) para probar qué elementos se pueden colocar, por el mero hecho de disfrutar de hacer locuras. Y funciona un rato, pero después te quedas con una sensación extraña, sin saber muy bien para qué has puesto un looping, una rampa y una portería de fútbol.
Es un título atípico y me da la sensación de que se deja en manos del jugador que la diversión exista. A ratos me ha recordado un poco al amado Garry’s Mod (salvando, no las distancias, sino siete universos, ojo), pero sin la calidad suficiente. Es más, el modo constructor es muy básico y a ratos dificulta bastante la colocación de elementos en el mundo, especialmente si son objetos gigantes.
Me da la sensación de que Three Fields Entertainment confía mucho en que los jugadores lo entiendan como un espacio digital en el que crear locuras, y disfrutar de los coches y los choques sin pretensiones. Y es mucho confiar, no sólo porque faltan alicientes para estar trasteando con el constructor y no es muy intuitivo, sino porque todo lo demás deja bastante que desear.
Carreras, destrucción… y un montón de fallos
Quizá te preguntes qué tiene que ver Burnout en todo esto. Hay dos razones: está creado por exdesarrolladores de la saga, y los coches se destrozan con los grandes impactos (incluso hay pruebas que se enfocan en chocar a los rivales). Coge la idea principal y la lleva a este sandbox gigante. He estado pensando en la razón de por qué hacerlo y creo que el estudio buscaba que todo fuera aún más espectacular y alocado.
Pero no lo logra. Aunque hay destrucción y algún momento "wow", la conducción es muy básica y plana. No es horrible, pero no destaca. Cumple lo justo, con algunos detalles raros, como que el freno de mano es brusco y prácticamente frena tu coche entero al instante. Eso sí, los coches más potentes son más difíciles de llevar, algo es algo. Por cierto, no me ha gustado que sólo hay dos cámaras para conducir (desde atrás, muy cerca, y una delante).
La variedad de vehículos no está mal y están basados en modelos reales (todos son ficticios). Se dividen en diversas categorías y en algunas pruebas tienen restricciones de coches a usar, lo que favorece que vayas probando unos y otros. Los coches se desbloquean principalmente avanzando en las pruebas y puedes cambiarlos en los aparcamientos distribuidos por el mundo.
Lo que más me ha divertido son las decenas de pruebas en las que puedes participar en solitario
El mundo abierto es enorme, pero está muy vacío. Hay unas puertas y unos carteles que tienes que destruir, a modo de "coleccionables", además de un montón de pruebas creadas por el estudio, pero no tiene chicha. Es curioso lo desangelado que se siente y aburre rápido, aunque tengas cientos de kilómetros para conducir. En el modo un jugador tienes que ir descubriéndolo, pero siempre puedes activar los cheats.
Lo que más me ha divertido son las decenas de pruebas en las que puedes participar en solitario, porque la IA es irreverente y lo hace todo caótico, que es de lo que se trata. Hay varios tipos distintos y van desde carreras en circuitos en el mundo, otras de punto a punto, desafíos de choques, contrarrelojes… Hay una buena variedad y, en ese sentido, es muy completo, porque hay un montón de contenido. Si eso te convence, tienes juego para rato.
Y a todo este cóctel se le suman una IU muy mejorable y los bugs. No sé si se corregirá en el lanzamiento pero, por ejemplo, puedes atravesar los quitamiedos si chocas por uno de sus extremos (y eso que son indestructibles). Este error lo descubrí de casualidad cuando estaba jugando en línea. Además, he sufrido varios crasheos y en PC no tiene opciones gráficas de ningún tipo. Imagino que se ha desarrollado pensando en consolas.
Así que, en resumidas cuentas, Wreckreation se queda en un experimento con un resultado mejorable. La idea es buena, y creo que si reúnes a un grupo de amigos puedes encontrar diversión en la modificación del mundo y en las locuras que se pueden hacer, pero el título flaquea en demasiados apartados como para recomendarlo. Me da pena que no haya salido del todo bien porque podría ser un juego de coches único.
Wreckreation intenta recuperar el espíritu de Burnout apostando por una fórmula diferente: un sandbox de conducción donde puedes modificar el mundo a tu antojo. La idea es buena y tiene potencial, pero la ejecución no acompaña. La conducción es floja, el modo creador es tosco y el mundo abierto está vacío. Es divertido un rato si lo juegas con amigos y desbloqueas todo para hacer el loco, pero se agota rápido. Un experimento curioso, aunque lejos del legado de los juegos que intenta evocar. Comprar Wreckreation
- Han participado exdesarrolladores de Burnout y trata de replicar su fórmula.
- Puedes modificar el mundo en cualquier momento, aunque los cambios se pierden temporalmente si inicias una prueba.
- Es más sandbox que juego de carreras.
- Tiene destrucción y los choques están a la orden del día, pero la conducción no acompaña.
- Un experimento divertido, pero irregular.
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La noticia
Con un mundo abierto de 400 kilómetros cuadrados este juego podría ser la bomba, pero al final se queda a medias. Análisis de Wreckreation
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
José M. Rodríguez Ros
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