Creí que era un juego de estrategia para novatos y me encontré con el SRPG más complejo y adictivo que he jugado en años. Análisis de Phantom Brave: The Lost Hero
Lo de NiS es de traca. Cuando empecé a jugar a Phantom Brave: The Lost Hero juro que creí que se trataba de una cosita casual. Pensé que si Disgaea era para los más hardcore del lugar, Phantom Brave sería para noobs. Al empezar a jugarlo, seguí pensando lo mismo porque la protagonista que debía manejar era cuqui y la historia lo era aún más. No tardé demasiado en darme cuenta de mi error. Marona es una muchacha que viene de salvar el mundo en la entrega anterior, publicada en 2016. Tiene la habilidad de hablar y ver a los fantasmas, y los puede volver corpóreos al fusionarlos con un objeto del entorno. Este talento le sirve para ayudarlos a resolver sus problemas y también para tener a su disposición un pequeño ejército de espíritus. En The Lost Hero, su labor es la de investigar el paradero de un héroe. Se lo pide el primer fantasma que se encuentra, y el resto de la aventura consiste en viajar en un barco pirata, de isla en isla, conociendo a nuevos guerreros y corsarios, ayudando a la gente a lo One Piece hasta que llegamos a la conclusión del relato. Todo muy bonito y dulce, ¿verdad? Además, Phantom Brave: The Lost Hero todo es color y sonrisas. No puede ser un juego tan hardcore, ¿verdad? Como he mencionado antes, sí que lo puede ser, y vaya si lo es. Lost Hero es un SRPG densito La suavidad del arranque de su historia, el brillo de la paleta de colores con la que se dibuja todo lo que sale en el juego, o que la narrativa se resuelva solucionando un enredo y luego otro, contrasta con su profundísimo sistema de combate, tanto para prepararse para él como disfrutándolo. Phantom Brave: The Lost Hero es un título de estrategia por turnos, pero se vuelve tan complejo que deja en pañales a cualquier Fire Emblem. Por supuesto, no me estoy metiendo con los Fire Emblem. Son maravillosos, no me refiero a eso. En un Fire Emblem realizas unas pocas gestiones antes de comenzar la batalla, distribuyes tus tropas al inicio de la misma, y ya puedes empezar a combatir. En ese sentido, Fire Emblem es muy sota-caballo-rey. Lo loco ocurre mientras estás luchando. Phantom Brave: The Lost Hero se encuentra en las antípodas de este concepto. Marona puede desplegar nuevos aliados en cualquier momento de la partida. Tan solo necesita un objeto en el que confinar a sus espíritus, y así se materializan. Antes de la batalla hay que elegir armas, clases, combinar pociones y elixires para calibrar la subida de nivel, invocar nuevas unidades, revisar qué nuevas habilidades concede cada arma… Y estas armas no son las convencionales, pueden ser jarrones, árboles y lo que se te imagine. Si lo tuyo es tomar muchísimas decisiones en menús, te gustará La cosa no acaba aquí, cada pequeño sistema relacionado con la preparación del combate se desarrolla y se ramifica más y más a medida que avanza el combate. Cometerás errores, muchos, y los irás acumulando. Hay que pescar, arreglar y mejorar el barco pues afecta a la subida de niveles, comprar, vender y comerciar… Es imposible no equivocarse, o al menos yo no pude, porque hay tanto que revisar, que hacer y decidir que resulta abrumador, dicho en el mejor de los sentidos. Antes de lograr acostumbrarme, os juro que tuve que abandonar la consola de puro agotamiento mental. Eso sí, cada vez que apagaba mi Nintendo Switch, me llevaba todas las matemáticas del juego en la cabeza. ¿Qué tipos de arma necesito? ¿Me merece la pena invertir en esa nueva clase que acabo de desbloquear? ¿Tomo una actitud conservadora para mandar mis barcos de pesca o una más audaz? ¿Cómo lo regulo todo para poder hacer el mayor daño posible? Era genial. Lo divertido de Phantom Brave: The Lost Hero es que no te penaliza por equivocarte, es como si tuviera clarísimo que sus sistemas de juego son una locura, así que no te castiga. Todos sus protas sonríen a cámara cada vez que tomas una decisión como diciendo: “disfruta y tampoco te lo tomes todo tan en serio. Ya lo apañarás luego haciendo secundarias o en el endgame”. El juego da esas vibras. La historia no me ha enamorado, pero sí sus combates Es muy fresco en ese sentido. Es de corazón complejo pero sin ser rígido. Siempre sientes una libertad mayúscula al tomar decisiones. Eso se nota también en que no hay casillas para avanzar por el mapa. Nuestras unidades se mueven libremente, teniendo a su disposición unos pocos metros y 360º. Nos pueden robar las armas y nosotros a los enemigos, y cada una de ellas tiene características únicas que pueden desmadrar todo el juego. Es excesivo, esa es la palabra. Phantom Brave: The Lost Hero es la fiesta del exceso, y le gusta jactarse de ello. A mí, su forma de ser me ha encantado, pero a los que busquéis algo sencillo y directo en el terreno del SRPG, os va a horrorizar. Y aquí vienen los prob
Lo de NiS es de traca. Cuando empecé a jugar a Phantom Brave: The Lost Hero juro que creí que se trataba de una cosita casual. Pensé que si Disgaea era para los más hardcore del lugar, Phantom Brave sería para noobs. Al empezar a jugarlo, seguí pensando lo mismo porque la protagonista que debía manejar era cuqui y la historia lo era aún más. No tardé demasiado en darme cuenta de mi error.
Marona es una muchacha que viene de salvar el mundo en la entrega anterior, publicada en 2016. Tiene la habilidad de hablar y ver a los fantasmas, y los puede volver corpóreos al fusionarlos con un objeto del entorno. Este talento le sirve para ayudarlos a resolver sus problemas y también para tener a su disposición un pequeño ejército de espíritus.
En The Lost Hero, su labor es la de investigar el paradero de un héroe. Se lo pide el primer fantasma que se encuentra, y el resto de la aventura consiste en viajar en un barco pirata, de isla en isla, conociendo a nuevos guerreros y corsarios, ayudando a la gente a lo One Piece hasta que llegamos a la conclusión del relato. Todo muy bonito y dulce, ¿verdad? Además, Phantom Brave: The Lost Hero todo es color y sonrisas. No puede ser un juego tan hardcore, ¿verdad? Como he mencionado antes, sí que lo puede ser, y vaya si lo es.
Lost Hero es un SRPG densito
La suavidad del arranque de su historia, el brillo de la paleta de colores con la que se dibuja todo lo que sale en el juego, o que la narrativa se resuelva solucionando un enredo y luego otro, contrasta con su profundísimo sistema de combate, tanto para prepararse para él como disfrutándolo. Phantom Brave: The Lost Hero es un título de estrategia por turnos, pero se vuelve tan complejo que deja en pañales a cualquier Fire Emblem.
Por supuesto, no me estoy metiendo con los Fire Emblem. Son maravillosos, no me refiero a eso. En un Fire Emblem realizas unas pocas gestiones antes de comenzar la batalla, distribuyes tus tropas al inicio de la misma, y ya puedes empezar a combatir. En ese sentido, Fire Emblem es muy sota-caballo-rey. Lo loco ocurre mientras estás luchando.
Phantom Brave: The Lost Hero se encuentra en las antípodas de este concepto. Marona puede desplegar nuevos aliados en cualquier momento de la partida. Tan solo necesita un objeto en el que confinar a sus espíritus, y así se materializan. Antes de la batalla hay que elegir armas, clases, combinar pociones y elixires para calibrar la subida de nivel, invocar nuevas unidades, revisar qué nuevas habilidades concede cada arma… Y estas armas no son las convencionales, pueden ser jarrones, árboles y lo que se te imagine.
Si lo tuyo es tomar muchísimas decisiones en menús, te gustará
La cosa no acaba aquí, cada pequeño sistema relacionado con la preparación del combate se desarrolla y se ramifica más y más a medida que avanza el combate. Cometerás errores, muchos, y los irás acumulando. Hay que pescar, arreglar y mejorar el barco pues afecta a la subida de niveles, comprar, vender y comerciar… Es imposible no equivocarse, o al menos yo no pude, porque hay tanto que revisar, que hacer y decidir que resulta abrumador, dicho en el mejor de los sentidos. Antes de lograr acostumbrarme, os juro que tuve que abandonar la consola de puro agotamiento mental.
Eso sí, cada vez que apagaba mi Nintendo Switch, me llevaba todas las matemáticas del juego en la cabeza. ¿Qué tipos de arma necesito? ¿Me merece la pena invertir en esa nueva clase que acabo de desbloquear? ¿Tomo una actitud conservadora para mandar mis barcos de pesca o una más audaz? ¿Cómo lo regulo todo para poder hacer el mayor daño posible? Era genial.
Lo divertido de Phantom Brave: The Lost Hero es que no te penaliza por equivocarte, es como si tuviera clarísimo que sus sistemas de juego son una locura, así que no te castiga. Todos sus protas sonríen a cámara cada vez que tomas una decisión como diciendo: “disfruta y tampoco te lo tomes todo tan en serio. Ya lo apañarás luego haciendo secundarias o en el endgame”. El juego da esas vibras.
La historia no me ha enamorado, pero sí sus combates
Es muy fresco en ese sentido. Es de corazón complejo pero sin ser rígido. Siempre sientes una libertad mayúscula al tomar decisiones. Eso se nota también en que no hay casillas para avanzar por el mapa. Nuestras unidades se mueven libremente, teniendo a su disposición unos pocos metros y 360º. Nos pueden robar las armas y nosotros a los enemigos, y cada una de ellas tiene características únicas que pueden desmadrar todo el juego. Es excesivo, esa es la palabra. Phantom Brave: The Lost Hero es la fiesta del exceso, y le gusta jactarse de ello.
A mí, su forma de ser me ha encantado, pero a los que busquéis algo sencillo y directo en el terreno del SRPG, os va a horrorizar. Y aquí vienen los problemas. Aunque el juego te enseña a jugar despacio y sin prisa, aunque hay varios modos dee dificultad a elegir, y pese a que el título no saca los dientes hasta muy avanzada la aventura, todos los textos están en inglés. Si no entiendes el idioma, te perderás por sus muchos menús.
Y todo se complica aún más porque no siempre está del todo bien definido qué hace cada cosa, qué efectos tiene o qué consecuencias. A mí me gustan mucho los Disgaea, los juegos de estrategia japoneses de este palo y los menús ultracomplejos, pero es una red flag como una casa para los que no les gusta esto. Si esto te va, te flipará este juego, porque este es su rollo y esto es a lo que juega. Si no, no será para ti. No tiene más. También es verdad que esta cantinela se puede aplicar a casi cualquier juego de NiS.
Si te ha gustado Disgaea, prueba Phantom Brave
Reconozco que pasé rápido de la historia principal de la aventura usando más veces de la cuenta el botón “skip”. La trama no me atrapó ni lo más mínimo, la verdad, ni los personajes ni lo que cuentan ni cómo. Le cuesta muchísimo ponerse algo más oscura e intensa. Además, el juego no es muy fino en lo gráfico ni tampoco me atrapó demasiado el arte.
Pero sí me engancharon sus muchas secundarias, su forma de crecer, las situaciones tan estrambóticas que presentaba cada batalla y las chaladuras que el juego te deja hacer. Me hubiera gustado un mejor UX, que el juego estuviera en español, que la historia fuera más interesante o que, al menos, no tardara tanto en serlo, o poseyera un mejor ritmo, pero lo que Phantom Brave: The Lost Hero hace bien lo hace tan bien, que se lleva mi recomendado; si la estrategia de NiS es lo tuyo, claro está.
Phantom Brave: The Lost Hero es un videojuego de estrategia que sorprende. Será abrumador para unos por lo mucho que hay que permanecer en sus menús, pero eso será precisamente lo que cautive al público para el que este juego se diseñó. La forma en la que te deja modelar a tu escuadrón, configurarlo, toquetearlo y mejorarlo es genial. Ojalá la historia fuera más interesante desde el principio, el juego estuviera en inglés o algunas misiones secundarias no se repitieran tanto, pero es un SRPG muy recomendable para los amantes de NiS Comprar Phantom Brave: The Lost Hero
- Si no sabes inglés o no quieres romperte la cabeza con menús farragosos, este juego no es para ti.
- Que el juego no te eche para atrás por ser demasiado kawai, saca las garras en los tramos finales de la aventura y en su combate.
- Es estrategia, pero no hay casillas y sí mucha locura, armas raras y situaciones desconcertantes.
- El título funciona bien en Nintendo Switch, pero a veces cuesta entender bien qué pasa en pantalla al jugar en portátil.
- No es exactamente como un Disgaea, pero te sentirás como en casa si has disfrutado de esta saga.
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La noticia
Creí que era un juego de estrategia para novatos y me encontré con el SRPG más complejo y adictivo que he jugado en años. Análisis de Phantom Brave: The Lost Hero
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Adrián Suárez
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