Prometía una historia canónica y me he encontrado con una de las mayores idas de olla de The Legend of Zelda. Análisis de Hyrule Warriors: La era del destierro
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¿Recordáis Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin? Aquel cruce entre Final Fantasy y Nioh pudo haberos gustado más o menos, pero si algo hacía bien era hacer suyo el canon de Final Fantasy para entregarnos una historia pasadísima de vueltas, loca y macarra. Koei Tecmo ha hecho algo parecido con The Legend of Zelda para este Hyrule Warriors: La era del destierro. Es cierto que el juego se preocupa de rellenar los huecos de información que dejó Tears of the Kingdom, pero lo mejor viene cuando Koei Tecmo le dice a The Legend of Zelda que le sujete el cubata y se desmelena.
El videojuego tiene un primer arco que casi funciona a modo de tutorial. En él se nos narra, con unas lujosísimas cinemáticas intercaladas con otros tramos de acción, lo que ocurrió en el pasado de Hyrule y que propició el asesinato de un personaje central (no os cuento más por si no habéis jugado a Tears of the Kingdom). En esto, lo siento mucho, pero La era del destierro patina bastante. Tira de Deus Ex Machina, de despistes y de casualidades para dar unas explicaciones que a mí no me han satisfecho. Hay personajes que se suponía que eran ilustres y que quedan retratados como tontos del bote. Una vez superada esta primera parte, Koei Tecmo vuelve a ser ella, se deja de tramas palaciegas pseudopolíticas y nos narra con mucho más acierto la guerra de los distintos pueblos unidos de Hyrule contra Ganondorf.
El juego no tiene problema en respetar el lore, pero es mucho mejor cuando lo tensa hasta casi romperlo
A partir de aquí la historia se vuelve más ligera, fresca e introduce un par de personajes acertadísimos. El misterioso gólem que ya habréis visto por redes sociales, ese que tanto recuerda a Link, y su compañero kolog son divertidísimos. Koei Tecmo ha traído a la saga una pareja que recuerda mucho a las de las pelis de los 80, esas que tienen a un prota cascarrabias y a otro muy gracioso, y con la excusa de que la tecnología de los zonnan puede hacer casi de todo, La era del destierro usa a este gólem para llevar el género musou a nuevos territorios sorprendentes.
No sé si otros compañeros que están analizando el juego os destriparán a qué me refiero, pero yo os pediría que no investigarais mucho sobre esto. Cuando ocurre, fliparéis, os reiréis, y recordaréis por qué os gusta tanto Koei Tecmo. Y en esto a mí me ha recordado mucho a lo que el estudio hizo con Stranger of Paradise. El juego no tiene problema en respetar el lore, pero es mucho mejor cuando lo tensa hasta casi romperlo.
Cuando el canon importa menos, La era del destierro es mejor
Puede que parezca raro que comience un análisis sobre un musou hablando sobre la historia y su narración, pero es que en Hyrule Warriors: La era del destierro hay muchísimas cinemáticas. Por una parte, me ha gustado porque le dan a este musou un aire de gran producción, pero mentiría si os dijera que no me han parecido excesivas. El ritmo de los vídeos se me ha hecho demasiado lento y solemne, en especial al principio, y está muy cargado de relleno hacia la mitad. Se forma un extraño equilibrio entre los momentos de combate y de narración que no siempre es acertado, pero pese a todo, me ha gustado. La era del destierro consigue convencerte de que se está produciendo una gran batalla en Hyrule, de que las amistades que se forjan son reales y que pueden producirse sorpresas en una historia que ya creías saber cómo era.
He jugado a Hyrule Warriors: la era del destierro en Nintendo Switch 2, y ha sido un placer
A esta sensación positiva han ayudado los gráficos y el rendimiento. He jugado a Hyrule Warriors: la era del destierro en Nintendo Switch 2, y ha sido un placer hacerlo porque se nota mucho la mejoría con respecto a otros musou que jugué en Switch. Aquí todo va fluido, la resolución es buena y no hay caídas de frames aunque se reúnan cien millones de bichos en pantalla. No he podido probar este juego en la Switch original, pero en Switch 2 es un lujazo. Por la cantidad de escenas de vídeo, la calidad técnica y musical, no tienes esa sensación que a veces se tiene con los musou de estar jugando a un juego de segunda fila, sino todo lo contrario. Hyrule Warriors: la era del destierro se siente como un título importante de primer nivel.
Por lo que las principales novedades con respecto a otros musous, e incluso a otros Hyrule Warriors, es lo bien que se ve y se juega todo, el mayor nivel y mimo de las cinemáticas y también los momentos locos a los que nos lleva el gólem. En lo puramente jugable, todo está como siempre. A medida que avanzamos por la trama del juego, iremos desbloqueando nuevos personajes que se sumarán a nuestras filas. Lo divertido es que conoceremos a los héroes del pasado con los que no pudimos disfrutar en Tears of the Kingdom, pero no dejarán de ser viejos conocidos a los mandos.
Los orni pelean como te esperas, y también los zora o los goron. Koei Tecmo podría haber aprovechado la oportunidad de hacer un juego canon de Zelda para darle una vuelta a cómo nos hace desplazarnos por sus mapas, pero no lo ha hecho. Seguimos persiguiendo puntos amarillos en el minimapa, y esperando a que unas puertas decidan abrirse para permitirnos pasar. La verdad es que estos detalles podrían haberse cuidado y cambiar esas puertas por elementos más coherentes con lo que estamos jugando.
Lo que más me ha gustado han sido los jefes
En lo que sí hay mejoría es en los jefes finales. Hay buenas batallas, y el título hasta se atreve con algunos enfrentamientos uno contra uno que dejan al lado el musou y son más hack and slash. En ellos se le pediría más finura a las esquivas o a los contragolpes, pero la verdad es que funcionan muy bien. Al final, vamos variando tanto entre escenas cinemáticas bien rematadas, el musou de siempre y estos combates, que nunca hay tiempo para aburrirnos, aunque cada parte por separado tenga sus más y sus menos. Me ha gustado mucho cómo está resuelto el intercambio de personajes durante las peleas, el uso de habilidades combinadas entre varios héroes y cómo están dirigidas las secuencias en las que ejecutamos los ataques finales. Hay mucho mimo y muchas ganas de que todo mole lo más posible, y el juego lo consigue sin parar.
Hyrule Warriors: La era del destierro también hace un muy buen trabajo con sus opciones de gestión
Hyrule Warriors: La era del destierro también hace un muy buen trabajo con sus opciones de gestión. A medida que vamos triunfando sobre las tropas de Ganondorf, reconquistamos los territorios, desbloqueamos misiones especiales y secundarias, habilitamos talleres y nuevas zonas para optimizar nuestros equipos. Se van abriendo áreas tanto del subsuelo como de Hyrule o del cielo, y también la opción de afrontar la guerra desde varios frentes, con equipos diferentes y eligiendo los siguientes pasos a seguir a voluntad, siempre esperando al siguiente momento en el que a Koei Tecmo se le vaya la olla y cause el mayor caos posible.
Me lo he pasado muy bien jugando a Hyrule Warriors: La era del destierro. Es cierto que no hay mucha evolución en su combate, que a veces se hace repetitivo y que si se le puede achacar a un Souls-like que tenga dificultad artificial, este peca muchas veces de facilidad artificial. Tampoco os voy a engañar, la forma en la que el juego intenta explicar eventos de Tears of the Kingdom no me ha convencido demasiado. Todo encaja y está ok, pero le falta más gracia. Es cuando Koei Tecmo pasa del lore, se desmelena, aparecen buenos jefes y te mete en su bucle de juego que se produce la magia y Hyrule Warriors: La era del destierro te atrapa. Puro musou de calidad, con contenido, buen rendimiento y con el que es, desde ya, uno de mis personajes favoritos de todo The Legend of Zelda. Yo no le llamaré gólem sino robo-Link. Puro Koei Tecmo. Puro ¡CAOS!
Buenas cinemáticas, buen rendimiento y buenos momentos combatiendo. Hyrule Warriors: La era del destierro tiene todo lo que te imaginas que tiene, funciona bien a los mandos, va cargado de contenido y cumple con su papel de rellenar ciertos huecos que quedaron por rellenar en Tears of the Kingdom. Eso sí, cuanto más pasa del canon y cuánto menos se preocupa de ser serio, mejor juego es. Comprar Hyrule Warriors: La Era del Destierro
- No es un musou de nueva generación como lo fue Dynasty Warriors Origins, sino que mantiene el esquema clásico con mejores combates contra jefes.
- Las escenas cinemáticas tienen muchísima calidad, y también los remates finales
- Es un juego muy variado. Sabe que un musou se puede hacer repetitivo, por eso alterna mucho entre vídeo, combates, gestión y nuevas propuestas jugables.
- Koei Tecmo presenta a un nuevo personaje muy chulo y que disfrutarás jugando
- Cumple bien su función de rellenar agujeros del lore, pero el juego es mejor cuando se olvida de eso y presenta su propia historia.
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La noticia
Prometía una historia canónica y me he encontrado con una de las mayores idas de olla de The Legend of Zelda. Análisis de Hyrule Warriors: La era del destierro
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Adrián Suárez
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