La publicación de un proyecto de decreto que pretende aumentar las tarifas de retención en la fuente a título de renta para sectores clave como los hidrocarburos, la energía o el agro en busca de poder elevar el recaudo tributario este año ha generado una serie de críticas en los últimos días. Para los empresarios, esta medida terminaría impactando en su liquidez y abriría un hueco fiscal para el 2026. En entrevista con EL TIEMPO, Luis Eduardo Llinás, director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), dice que no afectará a las empresas pues estará enfocado únicamente en los grandes contribuyentes.
¿En qué consiste el decreto que ha sido criticado en los últimos días y por qué sacarlo ahora?
Se trata de una medida focalizada que no va a asfixiar a las compañías. Lo que se busca es incrementar las tarifas de autorretención en la fuente a los autorizados por la Dian para ser autorretenedores. Para no subir las tasas a los sectores que ya se encuentran con una estrechez fiscal, se hizo un estudio de analítica de datos. Lo que queremos es tener unos recursos frescos para poder solventar este año las situaciones de deuda pública, de pagos de proveedores que se acumularon en el 2024 producto del bajo recaudo tributario.
Luis Eduardo Llinás, director de la Dian. Foto:Dian
¿A cuántos contribuyentes se les aumentará el pago de la retención en la fuente del impuesto de renta y quiénes estarán por fuera?
Serán 400 actividades las que estarán sometidas a este mecanismo. Creemos que hay un margen para que estas grandes compañías nos puedan adelantar parte de los tributos que van a pagar en el 2026. En total, esperamos un recaudo de 7,38 billones de pesos por este anticipo. No incluimos algunas como el sector financiero, que ya viene con una estrechez importante, o el transporte fluvial y aéreo de pasajeros, entre otros.
Diferentes analistas aseguran que se repetirían los errores del pasado, pues este mecanismo ya se utilizó en el 2023 y en el 2024 se desplomó el recaudo...
Las condiciones económicas del país son distintas. En ese momento, creció menos la economía, los precios internacionales del petróleo y del carbón disminuyeron y los del café no eran los mejores. En cambio, ahora tenemos unos precios del grano más elevados, viene bajando la inflación, subiendo el empleo formal y la economía crece a un ritmo de 2,6 por ciento y podría llegar al 3,2 por ciento este año. El recaudo aumenta en la medida en que mejora el crecimiento. Además, en la Dian estamos haciendo microgerencias en las seccionales para implementar nuevas estrategias de recaudo, lo que nos ha permitido cumplir las metas.
Según el Consejo Gremial, esta propuesta castigaría el flujo de caja de las empresas. ¿Les podría afectar?
No, porque estamos focalizando la medida y solo aplicaría a los grandes contribuyentes.
¿Y se abriría un hueco fiscal del mismo tamaño, como dicen los expertos?
No, porque lo vamos a reemplazar por más control y fiscalización en sectores que actualmente no tributan como deberían. Obviamente se iría a desfinanciar el 2026, pero estamos adoptando unas herramientas que son de corto y mediano plazo para que algunos sectores que no pagan impuestos comiencen a hacerlo. Por ejemplo, las plataformas electrónicas. Eso junto con el proceso de modernización que se está adelantando en la entidad y los buenos vientos que se respiran en torno al crecimiento de la economía pueden compensar, en gran medida, lo que se va a adelantar este año.
El uso de la factura electrónica representa una reducción en costos operacionales. Foto:iStock
¿Entonces sí esperan cumplir también las metas del 2026?
Eso esperamos. Si se reactiva la economía y se aprueba una reforma tributaria, vamos a tener un recurso fresco sobre sectores que no tributan, lo que va a poder compensar el anticipo del recaudo de retención en la fuente para este año. Lo que nos tiene a la expectativa es lo que pueda pasar con los aranceles de Estados Unidos a nivel internacional.
¿Qué más incluye el decreto que están proponiendo?
También busca reducir el límite de exención de la retención a la fuente por compra de bienes y servicios. Si bien antes se practicaba la retención sobre 2 UVT (unidad de valor tributario), más o menos 200.000 pesos, ahora sería por unos 100.000 pesos, lo que nos permitirá identificar a los proveedores informales y nos ayudará en la lucha contra la evasión. Además, para el caso de compra de bienes muebles bajamos de un límite exento de retención a la fuente de 27 UVT, que eran alrededor de 1’344.000 pesos, a 10 UVT, que son 497.990 pesos.
¿Qué otros impuestos se contemplan en la reforma tributaria?
La reforma va a ser muy similar a la que se presentó el año pasado. Estamos pensando en que sea más de corrección de los errores que hay en el Estatuto Tributario y de control y fiscalización que de establecer nuevas tarifas. Pensamos en las plataformas electrónicas o también se evalúa gravar a las iglesias. Sin embargo, la propuesta tendrá que pasar por el Congreso.
¿Volverían permanente el IVA del 19 por ciento a los juegos de suerte y azar en línea que se implementó en esta vigencia fiscal con el estado de conmoción debido a la ola de violencia de la región del Catatumbo?
Podría ser. Se trata de una determinación que tiene el Ministerio de Hacienda y el Gobierno en su conjunto.
¿Cuándo esperan presentar el proyecto de reforma?
Todavía estamos estudiándolo. En este momento estamos ambientándola en el Congreso y con los gremios. Esperamos que vaya por algo parecido a lo que se planteó la vigencia pasada para cubrir los 12 billones de pesos que faltan en el Presupuesto del 2025.
También vendrían más impuestos si se decreta una emergencia económica por el brote de fiebre amarilla…
Es lo más probable porque en una emergencia se necesitan recursos. No solamente estamos viviendo la emergencia de la salud, sino también porque algunos territorios se encuentran inundados. Se necesitan recursos del Gobierno Nacional para sostener este tipo de dificultades.
Contrabando. Foto:Dian
¿A cuánto calculan que asciende el hueco del contrabando?
El costo fiscal del contrabando hoy en día es del 2 por ciento del producto interno bruto (PIB), lo que equivale a alrededor de 7.000 millones de dólares. Nuestra meta es bajarlo al 1 por ciento. Se trata de una meta ambiciosa, pero la esperamos cumplir. Para ello, la Dian tiene herramientas estadísticas y de inteligencia artificial, así como la suscripción de convenios transnacionales para el intercambio de información y el fortalecimiento del sistema de factura electrónica