Este mineral es clave para mantener la memoria después de los 60, pero aún así en España no lo tomamos en cantidad suficiente

A menudo hablamos de la importancia de las vitaminas, de mantener una dieta equilibrada o de beber suficiente agua si queremos mantener un buen estado de salud, pero hay un grupo de nutrientes esenciales que solemos pasar por alto: los minerales. Aunque los necesitamos en cantidades pequeñas, su papel en el organismo es enorme ya que sin ellos, muchas funciones vitales simplemente no podrían llevarse a cabo. 

Y el magnesio es uno de esos minerales claves no solo para tener un buen estado de salud, sino también para frenar los efectos del envejecimiento, ya que conforme avanzamos en edad (y especialmente después de los 60 años) el mantenimiento de la salud cerebral se convierte en una prioridad. 

El magnesio genera hasta tres centenares de reacciones químicas en nuestro cerebro

Además de ayudar a regular los músculos y el sistema nervioso, el magnesio  estimula los niveles de azúcar en sangre, tiene una importancia clave en la tensión arterial tal y como explican nuestros compañeros de Vitónica, y también desde el  National Institutes of Health. Y también es fundamental para mantener el cerebro en forma. No en vano, este mineral es capaz de generar hasta tres centenas de reacciones químicas en nuestro cerebro, según han demostrado numerosas investigaciones al respecto. 

De hecho, hay estudios de los años 2015 y 2018 que confirman que el magnesio actúa como cofactor en más de 300 reacciones enzimáticas esenciales del organismo, muchas de ellas implicadas directamente en la transmisión neuromuscular y la función cognitiva. Investigaciones más recientes amplían incluso esta cifra, indicando que el magnesio podría participar en más de 600 reacciones metabólicas que afectan tanto al metabolismo energético como a la actividad cerebral.

Estudios como el publicado por la Universidad de Tel Aviv o en el National Library of Medicine señalan que el magnesio es capaz de regular los receptores NMDA, que se encargan de gestionar la plasticidad de nuestro cerebro. Así, estos estudios señalan que el consumo de este mineral podría ser beneficioso para mejorar la memoria y el aprendizaje efectivo.

Además, el magnesio en su forma de treonato tiene la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica, lo que permite que el cerebro aproveche sus efectos de manera directa. Gracias a esto, puede favorecer la memoria y ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo. Por esta razón, se utiliza habitualmente en el manejo de enfermedades como el Alzheimer, especialmente frecuentes en personas de edad avanzada.

El magnesio también influye en el sueño y en el estado de ánimo

Junto a su efecto sobre la memoria, este mineral parece influir en el estado de ánimo (por ejemplo regulando la serotonina) y en el descanso y en el dormir correctamente, ámbitos íntimamente ligados a la salud cognitiva global. Por eso, en personas que padecen trastornos depresivos se detectan bajos niveles de magnesio, tal y como se expone en estudios como este metaanálisis donde se afirma que los pacientes con depresión tenían concentraciones séricas de magnesio significativamente más bajas que los controles sanos. 

De hecho, para contrarrestar ese efecto, expertos y estudios recomiendan  introducir alimentos ricos en magnesio, o incluso usar suplementación, para tratar de mejorar esta situación.

¿Y qué implicaciones tiene esto para la vida diaria de una persona de más de 60 años? Como explicamos siempre que hablamos de alimentos, vitaminas o minerales, no se trata de considerar al magnesio como una “cura milagrosa” que permite tener mantener la memoria por sí solo, pero sí que es un componente nutricional relevante que puede sumar en el conjunto de hábitos que protegen la salud cerebral. Así, es conveniente:

• Asegurarse de tener una ingesta adecuada de magnesio —a través de dieta variada o con suplementos, siempre bajo supervisión profesional. Hay que tener en cuenta que según indican los resultados del estudio ANIBES, el 80% de la población española presenta consumos de calcio y magnesio menores a las recomendaciones. 
• Entre los alimentos ricos en magnesio, se encuentran las legumbres, las nueces, la soja, las hortalizas de hoja verde, las almendras, las avellanas, el  aguacate y los productos lácteos como la leche, el yogur, el kéfir o el queso de cabra. También se encuentra en semillas como las de calabaza, sésamo o lino.
• Combinarlo con otros factores clave: buena calidad de sueño, ejercicio físico regular y estimulación intelectual.

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