Si sientes hinchazón y estás en la menopausia, hay algo que quizás no estás teniendo en cuenta: los probióticos

Seguramente habrás escuchado hablar de la microbiota en varias ocasiones. Se trata del conjunto de microorganismos que "ayudan a realizar diversas funciones en nuestro cuerpo para mejorar nuestra salud, nos protege de infecciones, ayuda a regular el sistema inmunológico y a sintetizar ciertos nutrientes”, tal y como explican en el Instituto de la menopausia. 

Pero quizás nunca habrías relacionado la microbiota con la menopausia. Pues sí, parece que la microbiota afecta durante esta etapa en la vida de la mujer de forma muy directa en el organismo. Y es que, se puede ver alterada por varios motivos, entre ellos, además de por la alimentación, el estilo de vida o enfermedades que padecemos, también por los cambios hormonales. 

Cómo afecta la microbiota durante la menopausia

La experta Marta Marcé, nutricionista experta en menopausia, explica en este vídeo muy bien cómo afecta la microbiota a nuestro cuerpo en esta etapa de la vida. En él, la experta explica que la microbiota y la menopausia pueden parecer muy diferentes y que no tienen conexión pero que "no es para nada así". "Tenemos bacterias que regulan nuestras hormonas, lo que vamos a llamar estroboloma que es un conjunto de bacterias que, a través de las enzimas que forman, ayudan a transformar los estrógenos en su forma activa. Cuando estas bacterias están desequilibradas podemos tener falta de estrógenos, algo que durante la menopausia no interesa".

Por tanto, la microbiota sobre todo afecta a la salud digestiva, a la salud íntima y al funcionamiento cerebral y estado de ánimo, según dicen los los  expertos.

Y es que, como decimos, la falta de estrógenos después de la menopausia modifica la composición de la microbiota intestinal, algo que a su vez puede "aumentar el riesgo de osteoporosis” y otros problemas de salud.

Por ejemplo, aquellos que afectan al "eje microbiota-intestino-cerebro, el cual regula la síntesis de neurotransmisores esenciales en el buen funcionamiento cerebral y el estado del ánimo, como la serotonina o el GABA, una microbiota intestinal equilibrada nos ayuda a evitar la ansiedad, los cambios de humor, el estrés o la depresión y sentirnos mejor", según dicen desde el Instituto de la menopausia.

Por su parte, la Doctora Marta Sánchez-Dehesa, jefa de Ginecología y Obstetricia en HM IMI Toledo y directora de la Unidad de Reproducción del HM Fertility Center también hace referencia en este artículo a que un mal funcionamiento de la microbiota provoca “digestiones más lentas, sensación de hinchazón o incluso, variaciones en el peso, por eso es fundamental comenzar a cuidarla desde la perimenopausia”, advierte.

En cuanto a la salud íntima, los expertos del Instituto de la menopausia añaden que la flora vaginal "se ve alterada a causa del descenso de estrógenos que ocurre al llegar la menopausia, que puede volverla más frágil y susceptible de infecciones. Por eso, en esta época es más habitual sufrir infecciones vaginales y sequedad vaginal debido a la modificación de la microbiota vaginal, especialmente al descenso de la población de lactobacilos. En la postmenopausia, las mujeres contienen entre 10 a 100 veces menos de lactobacilos que en la etapa fértil. Eso promueve un aumento del pH, por lo que el entorno se vuelve más básico y menos ácido, exponiéndonos a la colonización de microorganismos patógenos que pueden causar desde candidiasis hasta enfermedades de transmisión sexual (ETS)".

Los probióticos, los mejores aliados durante la menopausia

Entonces, ¿cómo podemos mejorar y prevenir estos efectos secundarios que producen la bajada de estrógenos en la mujer? Pues parece que los expertos coinciden en que los probióticos pueden ayudarnos mucho más de lo que pensabas. 

Marta León (@foodgreenmood) Psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) y experta en salud de la mujer explica en uno de sus vídeos de Instagram que: "El cuidado de tu microbiota depende de lo que haces cada día”, por eso, si me permitís la paradoja, cuidarse es fundamental para que el mecanismo de nuestro cuerpo funcione correctamente. 

La experta explica que durante la menopausia (y, en general, siempre) debemos cuidar la microbiota de la siguiente manera:

• Incluir alimentos ricos en fitoestrógenos: “Legumbres como lentejas (pardina si te hinchada fácilmente) y garbanzos (hummus), semillas de lino y chía (lignanos) y productos fermentados como tempeh y miso”. 
• Añadir yogur o kéfir (de vaca, cabra, oveja o vegetal): “Así incluyes Lactobacillus y Bifidobacterium desde la dieta, ya que estas dos familias de bacterias, son nuestras mejores aliadas para equilibrar la microbiota”. 
• Apostar por la fibra prebiótica: “Verduras, frutas y cereales integrales para alimentar a tus bacterias buenas”. 
• Controlar el estrés y ansiedad: “Practica yoga, meditación o mindfulness, date un paseo largo con tu perro por la playa o por un parque, bosque. Busca la estrategia que puedas o que sabes que te sirve para reducir el impacto del cortisol en tu microbiota”. 
• Evitar ultraprocesados y azúcares añadidos: “Estos alimentan a las bacterias malas y aumentan la inflamación. Ya lo sabes, pero te lo recuerdo porque siempre nos va bien volver a leerlo”.

Por su parte, la Dra Sánchez-Dehesa también añade: "Aumentar el consumo de fibra (frutas, verduras, legumbres y cereales integrales)".

“Para que un alimento fermentado sea considerado probiótico, es crucial que los microorganismos (bacterias o levaduras buenas) permanezcan vivos y en número suficiente al momento de su consumo”, explica aquí Eduardo Lara Alba, nutricionista y tecnólogo de alimentos y responsable de I+D de Víver Living Drinks. Quién añade que “la perimenopausia es un momento clave para empezar a cuidar la salud de nuestra microbiota”.

La flora vaginal es otro de los puntos rojos durante la menopausia, y es que su desequilibrio puede provocar infecciones continuas. Como ya sabemos, existen terapias hormonales que son muy recomendadas por los ginecólogos para aliviar los síntomas de la menopausia, pero es muy importante saber que esto no excluye una buena alimentación y estilo de vida. Desde el Biocodex Microbiota Institute la profesora Ina Schuppe Koistinen, investigadora especializada en la microbiota, explica que “se ha demostrado que las mujeres posmenopáusicas que reciben un tratamiento hormonal sustitutivo tienen una microbiota vaginal dominada por lactobacilos cuya composición es similar a la de mujeres premenopáusicas. En otras palabras, el tratamiento hormonal sustitutivo ejerce un efecto positivo sobre la microbiota vaginal en sí”. 

Fotografías | Pexels Instagram @foodgreenmood y Youtube Marta Marcé

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