En Juego de Tronos solo dos razas habitaban Poniente al principio de su historia, y ninguna de las dos eran los humanos
La mitología de la saga Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin es mucho más rica de lo que la serie Juego de Tronos nos ha dejado ver. Y claro, ¿qué buena mitología fantástica puede prescindir de eras remotas perdidas en las nieblas del tiempo? En el caso de este universo, se trata de la Era del Amanecer, una época legendaria en la que Poniente solo estaba habitado por dos razas, ninguna de ellas humana. Un momento perdido en las nieblas del tiempo La Era del Amanecer se sitúa en un pasado tan remoto que sus eventos se confunden con leyendas y mitos. Durante este período, Poniente era un continente salvaje y primigenio, hogar de dos especies ancestrales: los gigantes y los Hijos del Bosque. Los gigantes eran criaturas de gran tamaño y fuerza descomunal. Descritos como seres de hasta cuatro metros de altura, con cuerpos cubiertos de pelo y una apariencia más cercana a los osos que a los humanos, los gigantes llevaban una existencia nómada, viviendo en las vastas extensiones del norte de Poniente. Su sociedad era simple, basada en la caza y la recolección, y aunque poseían un lenguaje propio, carecían de una escritura formal. Con el paso de los milenios, su número fue disminuyendo, relegándolos a las tierras más allá del Muro, donde se convirtieron en figuras casi míticas para los habitantes del sur. Por otro lado, los Hijos del Bosque eran una raza enigmática y mística. De estatura menuda, con piel oscura y ojos grandes y penetrantes, estos seres estaban profundamente conectados con la naturaleza y la magia. Habitaban en los bosques profundos, viviendo en armonía con su entorno y adorando a los antiguos dioses a través de los sagrados árboles arciano, conocidos como árboles corazón. Los Hijos del Bosque eran los responsables de tallar rostros en estos árboles, creando los santuarios que más tarde serían venerados por otras culturas. Poseían habilidades mágicas, como la capacidad de comunicarse con los animales y prever eventos futuros a través de sus verdevidentes. La llegada de los Primero Hombres a Poniente La llegada de los humanos a Poniente marcó el fin de la exclusividad de estas dos razas en el continente. Los Primeros Hombres, los primeros clanes humanos llegados a este territorio, cruzaron desde Essos aproximadamente doce mil años antes de los acontecimientos centrales que conocemos de los libros de Martin y Juego de Tronos, durante la Era del Amanecer, utilizando un puente terrestre que conectaba ambos continentes en la región que hoy conocemos como Dorne. Una historia muy similar a la teoría del poblamiento temprano del continente americano por el paso del estrecho de Bering en nuestra historia real, hace un número similar de años. Estos pioneros trajeron consigo una cultura guerrera, armas de bronce y una organización social más avanzada. Al asentarse, comenzaron a talar los bosques sagrados para establecer sus aldeas y campos de cultivo, lo que provocó un conflicto inevitable con los Hijos del Bosque. Las hostilidades se prolongaron durante siglos. Los Hijos, en un intento desesperado por frenar la invasión humana, recurrieron a poderosas magias que, según las leyendas, destruyeron el puente terrestre que conectaba Poniente con Essos, creando lo que hoy conocemos como las islas Peldaños de Piedra. A pesar de sus esfuerzos, los Primeros Hombres continuaron expandiéndose, y finalmente, ambas razas reconocieron la necesidad de coexistir. Este reconocimiento mutuo llevó al Pacto, un acuerdo histórico firmado en la Isla de los Rostros, en el lago conocido como Ojo de Dioses. Canción de hielo y fuego: (edición limitada en estuche con: Juego de tronos | Choque de reyes | Tormenta de espadas | Festín de cuervos | Danza de dragones) (Best Seller) Hoy en Amazon — 71,01 € * Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión Finalmente, los Hijos del Bosque y los gigantes fueron gradualmente desplazados, sus número disminuyó casi hasta la extinción y sus culturas se desvanecieron en el mito y la leyenda. Hoy en día, sus huellas persisten en las tradiciones, creencias y lugares sagrados del continente, recordándonos un tiempo en que Poniente era dominado por estas enigmáticas razas no humanas. En 3DJuegos | "La dejaron de lado, por desgracia". George R.R. Martin confirma que este otro spin-off de Juego de Tronos fue cancelado por HBO En 3DJuegos | Por qué a diferencia de El Señor de los Anillos o Warhammer a día de hoy Juego de Tronos sigue sin tener un gran videojuego de estrategia En 3DJuegos | Los caminantes blancos de Juego de Tronos son diferentes a los que salen en los libros de George R. R. Martin en un elemento clave - La noticia En Juego de Tronos solo dos razas habitaban Poniente al principio de su historia, y ninguna de las dos eran los humanos

La mitología de la saga Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin es mucho más rica de lo que la serie Juego de Tronos nos ha dejado ver. Y claro, ¿qué buena mitología fantástica puede prescindir de eras remotas perdidas en las nieblas del tiempo? En el caso de este universo, se trata de la Era del Amanecer, una época legendaria en la que Poniente solo estaba habitado por dos razas, ninguna de ellas humana.
Un momento perdido en las nieblas del tiempo
La Era del Amanecer se sitúa en un pasado tan remoto que sus eventos se confunden con leyendas y mitos. Durante este período, Poniente era un continente salvaje y primigenio, hogar de dos especies ancestrales: los gigantes y los Hijos del Bosque.
Los gigantes eran criaturas de gran tamaño y fuerza descomunal. Descritos como seres de hasta cuatro metros de altura, con cuerpos cubiertos de pelo y una apariencia más cercana a los osos que a los humanos, los gigantes llevaban una existencia nómada, viviendo en las vastas extensiones del norte de Poniente. Su sociedad era simple, basada en la caza y la recolección, y aunque poseían un lenguaje propio, carecían de una escritura formal. Con el paso de los milenios, su número fue disminuyendo, relegándolos a las tierras más allá del Muro, donde se convirtieron en figuras casi míticas para los habitantes del sur.

Por otro lado, los Hijos del Bosque eran una raza enigmática y mística. De estatura menuda, con piel oscura y ojos grandes y penetrantes, estos seres estaban profundamente conectados con la naturaleza y la magia. Habitaban en los bosques profundos, viviendo en armonía con su entorno y adorando a los antiguos dioses a través de los sagrados árboles arciano, conocidos como árboles corazón. Los Hijos del Bosque eran los responsables de tallar rostros en estos árboles, creando los santuarios que más tarde serían venerados por otras culturas. Poseían habilidades mágicas, como la capacidad de comunicarse con los animales y prever eventos futuros a través de sus verdevidentes.

La llegada de los Primero Hombres a Poniente
La llegada de los humanos a Poniente marcó el fin de la exclusividad de estas dos razas en el continente. Los Primeros Hombres, los primeros clanes humanos llegados a este territorio, cruzaron desde Essos aproximadamente doce mil años antes de los acontecimientos centrales que conocemos de los libros de Martin y Juego de Tronos, durante la Era del Amanecer, utilizando un puente terrestre que conectaba ambos continentes en la región que hoy conocemos como Dorne. Una historia muy similar a la teoría del poblamiento temprano del continente americano por el paso del estrecho de Bering en nuestra historia real, hace un número similar de años.
Estos pioneros trajeron consigo una cultura guerrera, armas de bronce y una organización social más avanzada. Al asentarse, comenzaron a talar los bosques sagrados para establecer sus aldeas y campos de cultivo, lo que provocó un conflicto inevitable con los Hijos del Bosque. Las hostilidades se prolongaron durante siglos. Los Hijos, en un intento desesperado por frenar la invasión humana, recurrieron a poderosas magias que, según las leyendas, destruyeron el puente terrestre que conectaba Poniente con Essos, creando lo que hoy conocemos como las islas Peldaños de Piedra. A pesar de sus esfuerzos, los Primeros Hombres continuaron expandiéndose, y finalmente, ambas razas reconocieron la necesidad de coexistir. Este reconocimiento mutuo llevó al Pacto, un acuerdo histórico firmado en la Isla de los Rostros, en el lago conocido como Ojo de Dioses.
Canción de hielo y fuego: (edición limitada en estuche con: Juego de tronos | Choque de reyes | Tormenta de espadas | Festín de cuervos | Danza de dragones) (Best Seller)
Finalmente, los Hijos del Bosque y los gigantes fueron gradualmente desplazados, sus número disminuyó casi hasta la extinción y sus culturas se desvanecieron en el mito y la leyenda. Hoy en día, sus huellas persisten en las tradiciones, creencias y lugares sagrados del continente, recordándonos un tiempo en que Poniente era dominado por estas enigmáticas razas no humanas.
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En Juego de Tronos solo dos razas habitaban Poniente al principio de su historia, y ninguna de las dos eran los humanos
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Chema Mansilla
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