La mentira orbital de Elon Musk: sus satélites caen sin desintegrarse y dañan nuestra atmósfera
Segunda vez que toca hablar hoy de Elon Musk, segunda vez que toca hacerlo por un motivo polémico. En esta ocasión por la querencia a la mentira que tiene el director del DOGE. Ya no le basta con admitir abiertamente que le dan igual siglos de lucha obrera y ser incapaz de admitir de ser incapaz de juzgar correctamente el alcance de las decisiones que toma; el magnate sudafricano sigue empeñado en ser una figura polarizadora.Según recoge el diario digital El Confidencial, 7.000 satélites de SpaceX actualmente operativos pueden caer sobre la tierra sin desintegrarse. Musk sigue haciendo de la mentira una técnica de marketing, una política y un arte; lleva años perfeccionándolo. Ha envuelto sus negocios en promesas de innovación mientras esconde los impactos reales de sus empresas. Esta es sólo la última de una larga serie de falsedades y verdades a medias.La mentira de la desintegración totalSpaceX asegura que sus satélites desaparecen por completo durante el proceso de reentrada en la atmósfera terrestre, pero los datos científicos desmontan ese relato. A saber:Cada satélite de Starlink libera 30 kg de óxido de aluminio durante su desintegración, tal y como sabemos gracias a The Independent.Estas partículas son tóxicas para la capa de ozono y permanecen décadas en la atmósfera según la misma fuente.De acuerdo con TRTWorld, el pasado mes de enero 120 satélites propiedad de Musk se convirtieron en bolas de fuego sobre nuestras cabezas.Y mientras Musk tuitea eslóganes sobre eficiencia y ecología, la realidad, como todo lo que rodea a este patético personaje, es sucia, abyecta y deplorable. Estudios de la Universidad del Sur de California confirman que el óxido de aluminio de sus satélites aumentó un 650% los niveles naturales de la atmósfera. Y sólo es el principio: SpaceX planea lanzar 42.000 satélites más, porque la atmósfera no está lo bastante llena de la basura de esta basura humana.El óxido de aluminio no es un detalle técnico. Destruye el ozono al reaccionar con el cloro atmosférico. Por si no lo sabías, la capa de ozono es lo que nos protege de la peligrosísima radiación solar (si te molestas en estudiar un poco las condiciones que existen en el resto de planetas del Sistema solar y por qué no existe vida en ellos, te darás cuenta que es una enorme coincidencia que estemos aquí), lo que se traduce en:Mayor riesgo de cáncer de piel por radiación solar no filtrada.Alteraciones en cosechas y en ecosistemas.Musk está llevando a cabo un experimento de geoingeniería accidental , sin haberle pedido permiso a nadie, sin haber presentado documentación y sin que esta haya sido revisada por pares. Que tampoco le iba a importar mucho pero, como siempre, ayuda a poner barreras que es más difícil saltarse después. Ya le está pasando con DOGE, como se puede ver aquí debajo. También es cierto que las megaconstelaciones de satéltites, no sólo las suyas, contribuyen a este experimento.If ANY judge ANYWHERE can stop EVERY Presidential action EVERYWHERE, we do NOT live in a democracy.— Elon Musk (@elonmusk) February 13, 2025Además, los restos de sus satélites ya han obligado a desviar vuelos comerciales por riesgo de colisión según explican en Business Standard. Y en lo que a basura espacial respecta, los satélites de Starlink son el principal riesgo de choque en órbita baja.El Libro Gordo de las mentiras del Tío ElonEsta no es, en absoluto, la primera vez que este genio que no ha inventado nada fabrica verdades a su medida. Cuando compró Twitter prometió salvar la libertad de expresión, y la convirtió en la principal herramienta de desinformación y de propaganda de la ultraderecha mundial, por poner un ejemplo.No nos podemos olvidar de las explosiones de los cohetes de Starship. Elon Musk celebra las frecuentes explosiones de sus cohetes, considerándolas "oportunidades de aprendizaje". De la última dijo que se había tratado de un "pequeño contratiempo". No seremos nosotros quienes le llevemos la contraria a tan preclara y visionaria figura. Por ahora parece que sus naves no llegarán a Marte, como prometió.De todas formas, la mayor mentira que lleva colándole a la opinión pública desde que tiene presencia en sociedad es que es un genio y un visionario. No, Elon Musk no es un genio, un inventor brillante, o un visionario. Musk comercializa tecnologías desarrolladas por equipos de ingenieros, no como inventor único.Lo que es Elon Musk es un tecnocapitalista, un tecnoseñor feudal disfrazado de filósofo que privatiza el espacio mientras contamina la atmósfera común, desmantela servicios públicos para inflar sus negocios (¿os suena de algo Starlink en Ucrania o el cierre de USAID en Sudán?) y coloca a adolescentes es puestos clave del Gobierno de EE.UU., convirtiendo la política en un hobby de niños ricos. No hay vocación de servicio público real, sólo de forrarse, ganar poder e influencia. Es la política que Donald Trump llevó consigo en su primer mandato y que va a exacerbar en este segundo.Todo esto Musk lo hace con la arro

Segunda vez que toca hablar hoy de Elon Musk, segunda vez que toca hacerlo por un motivo polémico. En esta ocasión por la querencia a la mentira que tiene el director del DOGE. Ya no le basta con admitir abiertamente que le dan igual siglos de lucha obrera y ser incapaz de admitir de ser incapaz de juzgar correctamente el alcance de las decisiones que toma; el magnate sudafricano sigue empeñado en ser una figura polarizadora.
Según recoge el diario digital El Confidencial, 7.000 satélites de SpaceX actualmente operativos pueden caer sobre la tierra sin desintegrarse. Musk sigue haciendo de la mentira una técnica de marketing, una política y un arte; lleva años perfeccionándolo. Ha envuelto sus negocios en promesas de innovación mientras esconde los impactos reales de sus empresas. Esta es sólo la última de una larga serie de falsedades y verdades a medias.
La mentira de la desintegración total
SpaceX asegura que sus satélites desaparecen por completo durante el proceso de reentrada en la atmósfera terrestre, pero los datos científicos desmontan ese relato. A saber:
- Cada satélite de Starlink libera 30 kg de óxido de aluminio durante su desintegración, tal y como sabemos gracias a The Independent.
- Estas partículas son tóxicas para la capa de ozono y permanecen décadas en la atmósfera según la misma fuente.
- De acuerdo con TRTWorld, el pasado mes de enero 120 satélites propiedad de Musk se convirtieron en bolas de fuego sobre nuestras cabezas.
Y mientras Musk tuitea eslóganes sobre eficiencia y ecología, la realidad, como todo lo que rodea a este patético personaje, es sucia, abyecta y deplorable. Estudios de la Universidad del Sur de California confirman que el óxido de aluminio de sus satélites aumentó un 650% los niveles naturales de la atmósfera. Y sólo es el principio: SpaceX planea lanzar 42.000 satélites más, porque la atmósfera no está lo bastante llena de la basura de esta basura humana.
El óxido de aluminio no es un detalle técnico. Destruye el ozono al reaccionar con el cloro atmosférico. Por si no lo sabías, la capa de ozono es lo que nos protege de la peligrosísima radiación solar (si te molestas en estudiar un poco las condiciones que existen en el resto de planetas del Sistema solar y por qué no existe vida en ellos, te darás cuenta que es una enorme coincidencia que estemos aquí), lo que se traduce en:
- Mayor riesgo de cáncer de piel por radiación solar no filtrada.
- Alteraciones en cosechas y en ecosistemas.
Musk está llevando a cabo un experimento de geoingeniería accidental , sin haberle pedido permiso a nadie, sin haber presentado documentación y sin que esta haya sido revisada por pares. Que tampoco le iba a importar mucho pero, como siempre, ayuda a poner barreras que es más difícil saltarse después. Ya le está pasando con DOGE, como se puede ver aquí debajo. También es cierto que las megaconstelaciones de satéltites, no sólo las suyas, contribuyen a este experimento.
If ANY judge ANYWHERE can stop EVERY Presidential action EVERYWHERE, we do NOT live in a democracy.— Elon Musk (@elonmusk) February 13, 2025
Además, los restos de sus satélites ya han obligado a desviar vuelos comerciales por riesgo de colisión según explican en Business Standard. Y en lo que a basura espacial respecta, los satélites de Starlink son el principal riesgo de choque en órbita baja.
El Libro Gordo de las mentiras del Tío Elon
Esta no es, en absoluto, la primera vez que este genio que no ha inventado nada fabrica verdades a su medida. Cuando compró Twitter prometió salvar la libertad de expresión, y la convirtió en la principal herramienta de desinformación y de propaganda de la ultraderecha mundial, por poner un ejemplo.
No nos podemos olvidar de las explosiones de los cohetes de Starship. Elon Musk celebra las frecuentes explosiones de sus cohetes, considerándolas "oportunidades de aprendizaje". De la última dijo que se había tratado de un "pequeño contratiempo". No seremos nosotros quienes le llevemos la contraria a tan preclara y visionaria figura. Por ahora parece que sus naves no llegarán a Marte, como prometió.
De todas formas, la mayor mentira que lleva colándole a la opinión pública desde que tiene presencia en sociedad es que es un genio y un visionario. No, Elon Musk no es un genio, un inventor brillante, o un visionario. Musk comercializa tecnologías desarrolladas por equipos de ingenieros, no como inventor único.
Lo que es Elon Musk es un tecnocapitalista, un tecnoseñor feudal disfrazado de filósofo que privatiza el espacio mientras contamina la atmósfera común, desmantela servicios públicos para inflar sus negocios (¿os suena de algo Starlink en Ucrania o el cierre de USAID en Sudán?) y coloca a adolescentes es puestos clave del Gobierno de EE.UU., convirtiendo la política en un hobby de niños ricos. No hay vocación de servicio público real, sólo de forrarse, ganar poder e influencia. Es la política que Donald Trump llevó consigo en su primer mandato y que va a exacerbar en este segundo.
Todo esto Musk lo hace con la arrogancia de quien cree, como ya dijimos esta mañana, que las leyes de la física se aplican a la sociedad: si un satélite cae o un cohete explota, es "un paso hacia Marte"; si un país se hunde en la hambruna porque suprimiste un programa de ayuda que se tarda segundos en reactivar en los despachos y meses en el mundo real, es un "daño colateral". Es triste, pero cierto.
Por hacer un paralelismo con una figura pop, piensa en Tony Stark, el multimillonario Vengador y hombre bajo la armadura de Iron Man. Puede que el sudafricano se autoperciba como un superhéroe sin armadura, pero Elon Musk no es Iron Man, ni de lejos: es un vendedor de humo tóxico que usa el espacio como basurero, la verdad como papel higiénico y que tiene una alianza faustiana con un tiburón como Trump, que no dudará en consumirlo tan pronto como deje de serle útil (o crea que le convenga sacrificarlo, además Musk se lo está poniendo muy fácil).
El legado de Elon Musk será uno de basura espacial y estupidez. Las mentiras del sudafricano no nos van a llevar más allá de la última frontera, no nos van a llevar a marte. A donde nos pueden llevar, si acaso, es a nuestra propia autodestrucción (o a una sociedad distópica donde Rusia controla el resto del mundo).
El artículo La mentira orbital de Elon Musk: sus satélites caen sin desintegrarse y dañan nuestra atmósfera fue publicado originalmente en Andro4all.
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