Me gusta todo, pero no entiendo nada: me da miedo que Kojima me vuelva a engañar con Death Strading 2 con un juego que va de cuidar los zapatos
Hideo Kojima lo ha vuelto a hacer. El sensei de la narrativa en los videojuegos ha lanzado el esperado nuevo tráiler de Death Stranding 2: On the Beach, y, como era de esperar, ha dejado a más de uno rascándose la cabeza. La emoción es palpable, el hype está por las nubes, pero, a pesar del deslumbrante despliegue visual, me encuentro atrapado entre el entusiasmo y la confusión, temeroso de ser nuevamente engañado por Kojima con un juego que podría centrarse, una vez más, en mecánicas tan cansinas como cuidar la suela de mis zapatos. Yo no he venido aquí para esto Desde el primer momento, el tráiler de Death Stranding 2 nos transporta a un mundo apocalíptico cargado de misterio y belleza. Paisajes éxóticos, música inquietante y personajes envueltos en una atmósfera tan enigmática que hasta los más escépticos terminan deseando estar en ese universo tan retorcido. Todo grita "esto es cine". No entiendo nada, eso también hay que decirlo, pero a estas alturas es lo de menos: tiene todo lo que me puede gustar: criaturas con bocas tentaculares, enormes vehículos aerotransportados, guiños constantes al cine de samuráis, sectas del fin del mundo y al director de Mad Max disfrazado de capitán de la Yamato. La fotografía es impresionante; Kojima no reparó en gastos para sumergirnos en un universo de ciencia ficción intrincado y complejo. Pero me da miedo. ¿Realmente quiero pasarme otras 30 horas lidiando con mecánicas que me frustran? El tráiler lo tiene todo, pero mi mente no puede dejar de preguntarse: ¿qué significa todo esto? ¿Me voy a pasar horas tropezando y llevando pizzas de un lado a otro? No quiero volver a eso, porque lo pasé muy mal con el primer Death Stranding. Como fan de Kojima, sé que puede atraparnos con su narrativa, pero hay algo que no me mola nada: la posibilidad de que esta secuela, al igual que su antecesor, termine siendo un ejercicio de paciencia infinita con recompensas que nunca llegan. Sí, el primer juego me atrapó por su atmósfera y la historia me encantó y me mantuvo pegado a la pantalla, pero lo pasé muy mal por culpa de las mecánicas. Aquí es donde radica mi duda con Death Stranding 2. Me fascinan los temas que trata y la aproximación estética con la que Kojima envuelve su narrativa, pero al ponerme a los mandos, todo se convirtió en una experiencia decepcionante. ¿Nunca os habéis enamorado de alguien que luego no os da más que problemas y disgustos? Pues un poco eso. Atrapado en una relación tóxica con Kojima Dedico dos horas de mi vida a cruzar una montaña nevada, llego a mi destino, entrego el pesado bulto a su dueño y mi recompensa en una palmadita holográfica en la espalda y un nuevo encargo que me obliga a volver sobre mis pasos para llevar dos botes de paracetamol. Mi frustración es tremenda, nunca he tenido la sensación en Death Stranding de que avanzara en el juego. Era un estancamiento eterno con la promesa de que en algún momento verías algo alucinante que me volaría la cabeza. Y bueno, sí, esos momentos están, pero sufro tanto para llegar a ellos que cuando los alcanzo estoy triste y cansado. Y no los disfruto. Death Stranding 2 juega con ese componente de FOMO que me hace querer saber más Lo que me atormentaba era que, sí, esos momentos de genialidad estaban allí. Esos momentos épicos que Kojima sabe crear como pocos. Y no me los querías perder, claro. Esa sensación de estar atrapado en un ciclo interminable de vadear ríos, despeñarme, trepar por cuerdas, construir tramos de carreteras, llevar a gente en bolsas de un lado a otro y esperar que algo extraordinario sucediera se convirtió en el centro de la experiencia. Y por mucho que el juego se esforzara por crear momentos visualmente impactantes, no me sentía gratificado. Volviendo a la analogía de antes: eres una persona preciosa y muy interesante, con muchas cosas que contar y compartir, pero no me estás tratando nada bien. Es esa sensación la que me sigue rondando mientras veo el tráiler de Death Stranding 2. Me fascina, pero ya no me fío. Me preocupa que esta secuela me ofrezca una experiencia similar, donde las mecánicas sean tan pesadas y tediosas para mí que ni siquiera los momentos más épicos puedan reconfortarme. Claro, la premisa sigue siendo fascinante, el misterio que rodea al juego y a su mundo es magnífico, puro erotismo intelectual y plástico, pero... ¿Realmente quiero pasarme otras 30 horas lidiando con mecánicas que me frustran? Eso es lo que me da miedo. Y no es solo que Death Stranding jugó con mis expectativas la primera vez, es que siento que está jugando con mi paciencia. Entiendo que la respuesta fácil es: "No lo juegues, no es tu juego". Pero el caso es que lo tiene todo para serlo. Menos la jugabilidad. Y claro, Death Stranding 2 juega con ese componente de FOMO (miedo a perderse algo) que me hace querer saber m

Hideo Kojima lo ha vuelto a hacer. El sensei de la narrativa en los videojuegos ha lanzado el esperado nuevo tráiler de Death Stranding 2: On the Beach, y, como era de esperar, ha dejado a más de uno rascándose la cabeza. La emoción es palpable, el hype está por las nubes, pero, a pesar del deslumbrante despliegue visual, me encuentro atrapado entre el entusiasmo y la confusión, temeroso de ser nuevamente engañado por Kojima con un juego que podría centrarse, una vez más, en mecánicas tan cansinas como cuidar la suela de mis zapatos.
Yo no he venido aquí para esto
Desde el primer momento, el tráiler de Death Stranding 2 nos transporta a un mundo apocalíptico cargado de misterio y belleza. Paisajes éxóticos, música inquietante y personajes envueltos en una atmósfera tan enigmática que hasta los más escépticos terminan deseando estar en ese universo tan retorcido. Todo grita "esto es cine". No entiendo nada, eso también hay que decirlo, pero a estas alturas es lo de menos: tiene todo lo que me puede gustar: criaturas con bocas tentaculares, enormes vehículos aerotransportados, guiños constantes al cine de samuráis, sectas del fin del mundo y al director de Mad Max disfrazado de capitán de la Yamato. La fotografía es impresionante; Kojima no reparó en gastos para sumergirnos en un universo de ciencia ficción intrincado y complejo. Pero me da miedo.

¿Realmente quiero pasarme otras 30 horas lidiando con mecánicas que me frustran?
El tráiler lo tiene todo, pero mi mente no puede dejar de preguntarse: ¿qué significa todo esto? ¿Me voy a pasar horas tropezando y llevando pizzas de un lado a otro? No quiero volver a eso, porque lo pasé muy mal con el primer Death Stranding. Como fan de Kojima, sé que puede atraparnos con su narrativa, pero hay algo que no me mola nada: la posibilidad de que esta secuela, al igual que su antecesor, termine siendo un ejercicio de paciencia infinita con recompensas que nunca llegan.
Sí, el primer juego me atrapó por su atmósfera y la historia me encantó y me mantuvo pegado a la pantalla, pero lo pasé muy mal por culpa de las mecánicas. Aquí es donde radica mi duda con Death Stranding 2. Me fascinan los temas que trata y la aproximación estética con la que Kojima envuelve su narrativa, pero al ponerme a los mandos, todo se convirtió en una experiencia decepcionante. ¿Nunca os habéis enamorado de alguien que luego no os da más que problemas y disgustos? Pues un poco eso.

Atrapado en una relación tóxica con Kojima
Dedico dos horas de mi vida a cruzar una montaña nevada, llego a mi destino, entrego el pesado bulto a su dueño y mi recompensa en una palmadita holográfica en la espalda y un nuevo encargo que me obliga a volver sobre mis pasos para llevar dos botes de paracetamol. Mi frustración es tremenda, nunca he tenido la sensación en Death Stranding de que avanzara en el juego. Era un estancamiento eterno con la promesa de que en algún momento verías algo alucinante que me volaría la cabeza. Y bueno, sí, esos momentos están, pero sufro tanto para llegar a ellos que cuando los alcanzo estoy triste y cansado. Y no los disfruto.
Death Stranding 2 juega con ese componente de FOMO que me hace querer saber más
Lo que me atormentaba era que, sí, esos momentos de genialidad estaban allí. Esos momentos épicos que Kojima sabe crear como pocos. Y no me los querías perder, claro. Esa sensación de estar atrapado en un ciclo interminable de vadear ríos, despeñarme, trepar por cuerdas, construir tramos de carreteras, llevar a gente en bolsas de un lado a otro y esperar que algo extraordinario sucediera se convirtió en el centro de la experiencia. Y por mucho que el juego se esforzara por crear momentos visualmente impactantes, no me sentía gratificado. Volviendo a la analogía de antes: eres una persona preciosa y muy interesante, con muchas cosas que contar y compartir, pero no me estás tratando nada bien.

Es esa sensación la que me sigue rondando mientras veo el tráiler de Death Stranding 2. Me fascina, pero ya no me fío. Me preocupa que esta secuela me ofrezca una experiencia similar, donde las mecánicas sean tan pesadas y tediosas para mí que ni siquiera los momentos más épicos puedan reconfortarme. Claro, la premisa sigue siendo fascinante, el misterio que rodea al juego y a su mundo es magnífico, puro erotismo intelectual y plástico, pero... ¿Realmente quiero pasarme otras 30 horas lidiando con mecánicas que me frustran? Eso es lo que me da miedo. Y no es solo que Death Stranding jugó con mis expectativas la primera vez, es que siento que está jugando con mi paciencia.
Entiendo que la respuesta fácil es: "No lo juegues, no es tu juego". Pero el caso es que lo tiene todo para serlo. Menos la jugabilidad. Y claro, Death Stranding 2 juega con ese componente de FOMO (miedo a perderse algo) que me hace querer saber más y que me desquicia. Porque, ¡vaya tráiler! ¡Pepinazo del espacio! Tiene todo lo que me gusta, y os soy sincero, me molesta que el tráiler de Death Stranding 2 me parezca tan increíble, porque sé que voy a volver a picar. ¿Se repetirá también mi mala experiencia? Todo promete una experiencia inolvidable, pero me gustaría no olvidarla debido al cariño, no al mal café que se me pone cada vez que veo a Sam Porter Bridges tropezar.
Tengo la sensación de que estoy cayendo en la misma trampa otra vez. ¿Se puede tener una relación tóxica con un videojuego? Porque, honestamente, ya me estoy sintiendo como si me estuvieran jugando con mis emociones, mis expectativas y, lo peor de todo, con mi tiempo. Al final, el tráiler de Death Stranding 2 ha logrado lo que Kojima mejor sabe hacer: captar nuestra atención. Me tiene expectante, eso es innegable. Kojima es el mejor en esto. Pero no me fío.
Me molesta que el tráiler de Death Stranding 2 me parezca tan increíble
¿Vale la pena adentrarse otra vez en el mundo de Death Stranding? No lo sé. Mientras espero más información sobre las mecánicas del juego, mientras sigo soñando con ese tráiler increíble, no puedo evitar preguntarme: ¿Voy a disfrutar de Death Stranding 2 o, una vez más, me encontrará atrapado en una maraña de mecánicas chuscas? Vamos, Hideo, enróllate, no me hagas pasar por lo mismo.
En 3DJuegos | La marioneta de Death Strading 2 esconde un espíritu de venganza, y no lo digo yo, lo dice la cultura japonesa
En 3DJuegos | Kojima ha sido víctima de la narrativa de Marvel, no entiende nada de Capitán América 4 y no está solo en esto
-
La noticia
Me gusta todo, pero no entiendo nada: me da miedo que Kojima me vuelva a engañar con Death Strading 2 con un juego que va de cuidar los zapatos
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Chema Mansilla
.
What's Your Reaction?






