Si viajas en el tiempo y quieres hacerte multimillonario, hay una tecnología fácil de inventar que nos obsesionó durante más de 2.800 años
Desde que el ser humano miró al cielo y vio a un pájaro pasar sobre su cabeza, la humanidad ha tenido el sueño de volar. Es una fantasía que, al menos sobre el papel, nos lleva acompañando desde que el mito de Ícaro y Dédalo alzase el vuelo en la antigua Grecia hace más de 2.800 años. Y frente a lo complejo de inventar la penicilina o crear una corriente eléctrica si algún día realizas un viaje en el tiempo al pasado, en realidad no se me ocurre una tecnología mejor que compartir con nuestros ancestros. Principalmente por lo fácil que es. De hecho, la gran baza de inventar la aviación tras viajar en el tiempo es que el margen de maniobra es enorme para hacerte multimillonario, da igual que lo hagas en el siglo III a.C. para ir más allá de lo que Arquímedes descubrió con su principio de flotabilidad, o que te remontes al 1485 cuando Leonardo da Vinci diseñaba máquinas voladoras que nunca llegaron a probarse por razones obvias. Todo lo que sea adelantarte a los hermanos Wright, y los principios en los que se basaron del siglo XIX, te sirve. Lo único que necesitarás para hacerte multimillonario creando un objeto capaz de volar es, precisamente, lo que se escapó a su comprensión durante todo ese tiempo: explicar cómo funcionan las alas con algo tan simple como tirar una piedra a un río. Si viajas en el tiempo, inventa el volar La base detrás del vuelo parece ser relativamente simple. Necesitas una estructura con el peso lo suficientemente ligero para que despegue, la inercia suficiente para ayudarle a conseguirlo, y un par de alas para mantenerse en el aire. Sin embargo, durante miles de años nuestra civilización arrastró un error en ese último detalle: para poder volar, las alas no debían ser planas. La clave detrás del principio de sustentación, la teoría sobre la que se basan las formas aerodinámicas de las alas, dicta que la superficie del ala debe acercarse a una forma más redondeada en la parte superior y una más plana en la inferior. Al soplar el viento en su dirección, el aire que pasa por arriba tiene que recorrer mayor distancia y termina haciéndolo más rápido que el de la parte inferior, creando así una diferencia de presión que empuja el ala hacia arriba. Como ya de por sí es algo difícil de visualizar, cojamos el ejemplo de la piedra en un río. Al lanzar una piedra que siga esa misma premisa, una parte curvada en un lado y otra más plana en el otro, se puede apreciar esa diferencia de recorrido que genera. Con eso en mente, ahora sólo queda acudir a tu carpintería del medievo de confianza para conseguir una madera ligera con la que ponerlo en práctica. Eso sí, recuerda acudir a algún escriba para que deje constancia de tus hazañas y puedas aprovecharte de ese mérito. - La noticia Si viajas en el tiempo y quieres hacerte multimillonario, hay una tecnología fácil de inventar que nos obsesionó durante más de 2.800 años fue publicada originalmente en 3DJuegos por Rubén Márquez .

Desde que el ser humano miró al cielo y vio a un pájaro pasar sobre su cabeza, la humanidad ha tenido el sueño de volar. Es una fantasía que, al menos sobre el papel, nos lleva acompañando desde que el mito de Ícaro y Dédalo alzase el vuelo en la antigua Grecia hace más de 2.800 años. Y frente a lo complejo de inventar la penicilina o crear una corriente eléctrica si algún día realizas un viaje en el tiempo al pasado, en realidad no se me ocurre una tecnología mejor que compartir con nuestros ancestros. Principalmente por lo fácil que es.
De hecho, la gran baza de inventar la aviación tras viajar en el tiempo es que el margen de maniobra es enorme para hacerte multimillonario, da igual que lo hagas en el siglo III a.C. para ir más allá de lo que Arquímedes descubrió con su principio de flotabilidad, o que te remontes al 1485 cuando Leonardo da Vinci diseñaba máquinas voladoras que nunca llegaron a probarse por razones obvias.
Todo lo que sea adelantarte a los hermanos Wright, y los principios en los que se basaron del siglo XIX, te sirve. Lo único que necesitarás para hacerte multimillonario creando un objeto capaz de volar es, precisamente, lo que se escapó a su comprensión durante todo ese tiempo: explicar cómo funcionan las alas con algo tan simple como tirar una piedra a un río.
Si viajas en el tiempo, inventa el volar
La base detrás del vuelo parece ser relativamente simple. Necesitas una estructura con el peso lo suficientemente ligero para que despegue, la inercia suficiente para ayudarle a conseguirlo, y un par de alas para mantenerse en el aire. Sin embargo, durante miles de años nuestra civilización arrastró un error en ese último detalle: para poder volar, las alas no debían ser planas.
La clave detrás del principio de sustentación, la teoría sobre la que se basan las formas aerodinámicas de las alas, dicta que la superficie del ala debe acercarse a una forma más redondeada en la parte superior y una más plana en la inferior. Al soplar el viento en su dirección, el aire que pasa por arriba tiene que recorrer mayor distancia y termina haciéndolo más rápido que el de la parte inferior, creando así una diferencia de presión que empuja el ala hacia arriba.
Como ya de por sí es algo difícil de visualizar, cojamos el ejemplo de la piedra en un río. Al lanzar una piedra que siga esa misma premisa, una parte curvada en un lado y otra más plana en el otro, se puede apreciar esa diferencia de recorrido que genera. Con eso en mente, ahora sólo queda acudir a tu carpintería del medievo de confianza para conseguir una madera ligera con la que ponerlo en práctica. Eso sí, recuerda acudir a algún escriba para que deje constancia de tus hazañas y puedas aprovecharte de ese mérito.
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La noticia
Si viajas en el tiempo y quieres hacerte multimillonario, hay una tecnología fácil de inventar que nos obsesionó durante más de 2.800 años
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Rubén Márquez
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