Esta es la oportunidad perfecta para descubrir por ti mismo la debacle de los primeros Tomb Raider, con el culpable de que cerrara su estudio original
Da vértigo pensar que hay por lo menos 12 juegos principales de la saga Tomb Raider , pero aunque ahora estén más espaciados en el tiempo, lo cierto es que en su época Core Design los explotó a base de bien. Es por eso que muchos jugadores no terminamos de absorber toda la saga tras los tres primeros juegos, porque no dejaban de salir, convirtiéndose en una franquicia prácticamente anual. A mí me pasó, y aunque pude probar algo de The Last Revelation y Angel of Darkness en su momento, reconozco que me sentí un poco abrumado. Por ello, tenía muchas ganas de volver a ellos y este Tomb Raider IV-VI Remastered era el momento perfecto. Si ya jugaste o te has informado sobre la compilación anterior, te adelanto que en lo técnico ha tenido el mismo tratamiento; esto es, la misma estructura que el juego original, pero con un tratamiento moderno de luz y texturas, así como la suavidad de unos 60 frames por segundo que le sientan de fábula. Es tan igual que en la versión de PC sigues pudiendo encontrar la misma carencia de opciones, ya que el juego simplemente coge la resolución que tengas puesta y se adapta a ella. Pero es que incluso ese problema de frame pacing en altas resoluciones que tenía la anterior remasterización está de vuelta en esta, teniendo que hacer ese pequeño ajuste en el panel de control de Nvidia para solventarlo (gracias a John Linneman de Digital Foundry por el minitutorial). El más interesante de esta compilación es The Last Revelation Esto también significa que me he encontrado con los mismos dilemas que ya vi en Tomb Raider I-III Remastered. Me encanta el lavado de cara, que permite disfrutar de una experiencia bastante clásica sin transformarla demasiado, pero también reconozco que en el nuevo sistema de iluminación se pierden algunos juegos de luces, y sobre todo de colores, que se ven claramente en el original a poco que uses el botón para cambiar el aspecto gráfico. Lo mismo ocurre con el control. Tenemos la opción de usar el esquema tipo tanque clásico o uno moderno. El moderno es muy convincente y aunque pueda parecer un poco herejía reconozco que me he sentido muy tentado a utilizarlo. El problema viene cuando tienes la sensación de que algunos saltos y movimientos no se pueden hacer (o no tan fácil, al menos) como con el control de tipo tanque. Saltar hacia atrás o a los laterales, o andar de forma lateral, son cosas muy útiles en algunos momentos del juego y el control moderno no parece tener un equivalente para todas estas acciones. De uno de los mejores de la saga al que terminó con sus creadores Pero, ¿qué hay de los juegos? Creo que en general hay un cierto consenso en la calidad de los juegos de Core Design, pero sin duda el más interesante de esta compilación es Tomb Raider IV: The Last Revelation. Es un título que puede parecer muy iterativo, pero que logró encauzar las cosas tras un Tomb Raider III que terminó siento algo más anodino y mi razón personal por la que me fatigué un poco con la franquicia en la época. La verdad es que tenía que haberle dado otra oportunidad, porque The Last Revelation tiene muy buenos momentos y localizaciones, con un diseño de niveles bien interconectado que abandonaba la estructura de niveles separados de los anteriores. Aquí se optó por, salvo el prólogo, centrarse más en una única localización y la elección de la mitología egipcia es perfecta. Además añadía un buen número de mecánicas que hoy día pueden parecer poca cosa, pero que en su momento eran la noche y el día. Los puzles eran bastante interesantes, las trampas también e incluso la historia, para la época, tenía algo más de empaque. Creo que por eso el cambio a ese Tomb Raider Chronicles se sintió un poco como un paso atrás. Aunque la idea de rememorar viejas aventuras de Lara (mientras se mantenía el misterio sobre su presunta muerte) era interesante y tenía el atractivo de poder viajar a lugares tan diversos como Roma, Irlanda, un submarino o una isla, se sentía algo más desconectado en comparación con ese gran escenario conectado que supuso The Last Revelation. Había algunas ideas interesantes aquí, como el hecho de querer sacar a Lara cada vez más de las tumbas para aprovechar otro tipo de escenarios, pero, en líneas generales, se veía que Core estaba más interesada en plantearse seriamente el salto al nuevo hardware con PS2 y lo que sería su gran sexta entrega, Angel of Darkness. Entrega que, como todos sabemos, terminó siendo un fracaso. Y también terminó con la propia Core. Hay que concederle algo a Angel of Darkness. Se sigue viendo muy bien. Es la entrega visualmente más espectacular con un juego de luces y sombras muy conseguido y unas animaciones geniales para la época. De hecho, en esta remasterización le ocurre algo parecido a la de Soul Reaver 2. No se aprecia tanto salto gráfico como ocurre con los j

Da vértigo pensar que hay por lo menos 12 juegos principales de la saga Tomb Raider , pero aunque ahora estén más espaciados en el tiempo, lo cierto es que en su época Core Design los explotó a base de bien. Es por eso que muchos jugadores no terminamos de absorber toda la saga tras los tres primeros juegos, porque no dejaban de salir, convirtiéndose en una franquicia prácticamente anual. A mí me pasó, y aunque pude probar algo de The Last Revelation y Angel of Darkness en su momento, reconozco que me sentí un poco abrumado.
Por ello, tenía muchas ganas de volver a ellos y este Tomb Raider IV-VI Remastered era el momento perfecto. Si ya jugaste o te has informado sobre la compilación anterior, te adelanto que en lo técnico ha tenido el mismo tratamiento; esto es, la misma estructura que el juego original, pero con un tratamiento moderno de luz y texturas, así como la suavidad de unos 60 frames por segundo que le sientan de fábula. Es tan igual que en la versión de PC sigues pudiendo encontrar la misma carencia de opciones, ya que el juego simplemente coge la resolución que tengas puesta y se adapta a ella. Pero es que incluso ese problema de frame pacing en altas resoluciones que tenía la anterior remasterización está de vuelta en esta, teniendo que hacer ese pequeño ajuste en el panel de control de Nvidia para solventarlo (gracias a John Linneman de Digital Foundry por el minitutorial).
El más interesante de esta compilación es The Last Revelation
Esto también significa que me he encontrado con los mismos dilemas que ya vi en Tomb Raider I-III Remastered. Me encanta el lavado de cara, que permite disfrutar de una experiencia bastante clásica sin transformarla demasiado, pero también reconozco que en el nuevo sistema de iluminación se pierden algunos juegos de luces, y sobre todo de colores, que se ven claramente en el original a poco que uses el botón para cambiar el aspecto gráfico.

Lo mismo ocurre con el control. Tenemos la opción de usar el esquema tipo tanque clásico o uno moderno. El moderno es muy convincente y aunque pueda parecer un poco herejía reconozco que me he sentido muy tentado a utilizarlo. El problema viene cuando tienes la sensación de que algunos saltos y movimientos no se pueden hacer (o no tan fácil, al menos) como con el control de tipo tanque. Saltar hacia atrás o a los laterales, o andar de forma lateral, son cosas muy útiles en algunos momentos del juego y el control moderno no parece tener un equivalente para todas estas acciones.
De uno de los mejores de la saga al que terminó con sus creadores
Pero, ¿qué hay de los juegos? Creo que en general hay un cierto consenso en la calidad de los juegos de Core Design, pero sin duda el más interesante de esta compilación es Tomb Raider IV: The Last Revelation. Es un título que puede parecer muy iterativo, pero que logró encauzar las cosas tras un Tomb Raider III que terminó siento algo más anodino y mi razón personal por la que me fatigué un poco con la franquicia en la época. La verdad es que tenía que haberle dado otra oportunidad, porque The Last Revelation tiene muy buenos momentos y localizaciones, con un diseño de niveles bien interconectado que abandonaba la estructura de niveles separados de los anteriores.

Aquí se optó por, salvo el prólogo, centrarse más en una única localización y la elección de la mitología egipcia es perfecta. Además añadía un buen número de mecánicas que hoy día pueden parecer poca cosa, pero que en su momento eran la noche y el día. Los puzles eran bastante interesantes, las trampas también e incluso la historia, para la época, tenía algo más de empaque.
Creo que por eso el cambio a ese Tomb Raider Chronicles se sintió un poco como un paso atrás. Aunque la idea de rememorar viejas aventuras de Lara (mientras se mantenía el misterio sobre su presunta muerte) era interesante y tenía el atractivo de poder viajar a lugares tan diversos como Roma, Irlanda, un submarino o una isla, se sentía algo más desconectado en comparación con ese gran escenario conectado que supuso The Last Revelation. Había algunas ideas interesantes aquí, como el hecho de querer sacar a Lara cada vez más de las tumbas para aprovechar otro tipo de escenarios, pero, en líneas generales, se veía que Core estaba más interesada en plantearse seriamente el salto al nuevo hardware con PS2 y lo que sería su gran sexta entrega, Angel of Darkness. Entrega que, como todos sabemos, terminó siendo un fracaso. Y también terminó con la propia Core.

Hay que concederle algo a Angel of Darkness. Se sigue viendo muy bien. Es la entrega visualmente más espectacular con un juego de luces y sombras muy conseguido y unas animaciones geniales para la época. De hecho, en esta remasterización le ocurre algo parecido a la de Soul Reaver 2. No se aprecia tanto salto gráfico como ocurre con los juegos de PS1. El problema es... todo lo demás.
Mira que intento jugar a este juego, pero los controles me superan. Lo que tendría que haber sido un cambio a mejor en los controles, fue a peor, intentando hacer algunas acciones de forma automática, pero logrando que termines fallando saltos que en otras entregas eran coser y cantar. El control moderno de la remasterización aquí no ayuda en nada, pues aunque intenta mejorar el sistema de andar/correr, sigue sin responder bien ni en los saltos más sencillos.

Súmale a todo esto las ideas más peregrinas de la saga, como un sigilo que no era muy allá y que encima no castigaba ni recompensaba, un sistema rarísimo de progresión en el que Lara se iba haciendo más fuerte y un combate más limitado y tienes el resultado de lo que fue Angel of Darkness. El problema es que es uno de esos juegos que quieres disfrutar con todas tus fuerzas, pero que sencillamente no logras porque todo se pone en tu camino para que no lo consigas. Y eso es algo que podemos hoy día achacarle al original, pero en donde creo que Aspyr sí tenía que haber tomado decisiones más valientes, porque, si había una oportunidad para arreglar este juego, era esta.
Al final, es posible que esta recopilación se siente menos necesaria que la de los tres primeros juegos, y definitivamente va para aquellos que aún quiera más Tomb Raider clásico. Merece la pena ese The Last Revelation, que puede ser perfectamente el tercer mejor Tomb Raider clásico, mientras que Angel of Darkness es casi una pieza de estudio a la que no vas a poder resistirte intentar que te guste (ojalá lo consigas). Con todo, queda claro que el objetivo de Embracer es mantener la franquicia vigente mientras prepara su renacimiento, pero para nosotros, lo importante es que es la mejor compilación de cara a conservar estos juegos. ¿Se podía haber hecho mejor? Más en esta mitad que en la anterior, pero es suficiente para que se conserven en buen estado durante décadas.
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Esta es la oportunidad perfecta para descubrir por ti mismo la debacle de los primeros Tomb Raider, con el culpable de que cerrara su estudio original
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3DJuegos
por
Alejandro Pascual
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