No sé cómo lo ha hecho, pero este juego de Steam ha conseguido meter en el mismo saco todo lo que me gusta: Edad Media, estrategia y Tetris
Dicen que la industria del videojuego actual está falta de ideas frescas. Que más allá de un puñado de propuestas, lo que se ofrece siempre termina siendo la inspiración, o incluso la copia, de algo que ya recuerdas haber jugado. Sin embargo, el panorama indie se las ha apañado para darle una vuelta a ese problema. A coger conceptos que no podrían estar más manidos y conseguir crear algo que se sienta nuevo y fresco a la vez. Drop Duchy es, a día de hoy, uno de los mayores exponentes de esa nueva corriente. Preparaos porque vienen curvas y no quiero que nadie se me pierda por el camino. Drop Duchy es una mezcla de estrategia militar, roguelite, gestión de recursos, RPG, puzle, juego de cartas y, por si todo eso fuera poco, su mecánica principal es la de un Tetris. Como colofón, ambientado en la Edad Media y las luchas de poder entre reinos. El mareo es considerable, me hago cargo de ello, pero que hayan conseguido apuntar a todo eso y salir victorioso es, como mínimo, para querer aplaudir hasta que te duelan las manos. Una vuelta de tuerca a cinco géneros distintos Si has llegado hasta aquí picado por la curiosidad, tengo buenas noticias. La mezcla no decepciona en absoluto. Pero aterricemos primero cómo funciona realmente para que entiendas por dónde van los tiros. Pensemos, en primer lugar, en un Tetris. Partamos de la premisa de que ahora las piezas habituales pueden separarse en terrenos. Así, una L puede ser un bosque, mientras que un tetrimino cuadrado puede dar forma a una llanura, y una pieza larga a un río. A diferencia del Tetris original, tu objetivo no está en crear líneas para eliminarlas y que continúe la partida. Hay un número limitado de piezas y todas deben entrar en el hueco preestablecido, así que no nos sirve ir dejando agujeros por todos lados porque se van a convertir en una penalización. El objetivo será unirlas de la forma más estratégica posible para que, cuando se produzca esa línea, puedas extraer los recursos que hay en ella. A partir de aquí, sigamos sumando. Con un estilo roguelite, cada pantalla nos encaminará hacia el objetivo de luchar contra el jefe final de turno. Gracias a los recursos conseguidos podremos ir ampliando y mejorando nuestra colección de cartas que, a los elementos propios de cada escenario anteriormente mencionados, sumará edificios específicos con dos objetivos. El primero de ellos serán las clásicas granjas y aserradores que, combinados con las piezas de escenario, cederán hueco a más cantidad de recursos. El segundo, unidades militares que tendrán que luchar al finalizar el tablero. Entre los tetriminos caerán las propias de nuestra baraja, pero también las del enemigo que forme parte de ese nivel. Al combinarlas con el resto de piezas, o evitar hacerlo, las unidades disponibles de cada campamento crecerán para ofrecer un mayor número de soldados o arqueros que, llegado el momento, tendremos que poner a luchar contra las tropas del enemigo mediante el clásico esquema de piedra, papel y tijera. Arqueros ganan a hachas, espadas ganan a arqueros… Ya sabéis cómo funciona esto. Y vaya si funciona. Un firme candidato a joya oculta de Steam Pese a que Drop Duchy no llegará hasta abril de este año, en Steam ya hay una demo disponible que nos deja acercarnos brevemente a lo que propone. Una partida en la que ver cómo su demencial idea de meter cinco juegos distintos en la misma coctelera termina entregando una bebida tan refrescante como adictiva. Si bien es cierto que termina siendo una suma de prácticamente todo lo que me gusta en un indie de este estilo, pararse a leer los dos primeros párrafos de este texto da buena cuenta de hasta qué punto podría haber salido fatal el experimento. Sin embargo, se las apaña para mantener esa dualidad entre lo cozy de dar forma a un pueblecito sin demasiados agobios, y el desafío de ir queriendo perfeccionar cada vez más cómo abordas cada puzle. En 3D Juegos Este desarrollador indie buscaba evitar que copiasen su juego de Steam. La clave para conseguir frenar a los piratas estaba en los logros Bajo la promesa de tres clases distintas con diferentes estrategias y hasta 110 cartas únicas con las que ir formando tu mazo poco a poco, queda claro que por falta de contenido no va a ser. Visto lo visto en la demo, pocas preocupaciones hay tampoco respecto a su balanceo, pero habrá que ver hasta qué punto consigue mantenerlo en una generación procedimental de retos con tantas opciones a su alcance. Por lo pronto, que el paso por la demo me haya llevado a situaciones muy distintas y haya salido indemne aporta suficiente tranquilidad como para querer esperarlo con ganas. Drop Duchy parece el típico juego que, acompañado de un podcast o una retransmisión de Twitch, puede tenerte pegado a la pantalla hasta las tantas sin que te percates del paso de las horas. Va directo a mi lista de des

Dicen que la industria del videojuego actual está falta de ideas frescas. Que más allá de un puñado de propuestas, lo que se ofrece siempre termina siendo la inspiración, o incluso la copia, de algo que ya recuerdas haber jugado. Sin embargo, el panorama indie se las ha apañado para darle una vuelta a ese problema. A coger conceptos que no podrían estar más manidos y conseguir crear algo que se sienta nuevo y fresco a la vez. Drop Duchy es, a día de hoy, uno de los mayores exponentes de esa nueva corriente.
Preparaos porque vienen curvas y no quiero que nadie se me pierda por el camino. Drop Duchy es una mezcla de estrategia militar, roguelite, gestión de recursos, RPG, puzle, juego de cartas y, por si todo eso fuera poco, su mecánica principal es la de un Tetris. Como colofón, ambientado en la Edad Media y las luchas de poder entre reinos. El mareo es considerable, me hago cargo de ello, pero que hayan conseguido apuntar a todo eso y salir victorioso es, como mínimo, para querer aplaudir hasta que te duelan las manos.
Una vuelta de tuerca a cinco géneros distintos
Si has llegado hasta aquí picado por la curiosidad, tengo buenas noticias. La mezcla no decepciona en absoluto. Pero aterricemos primero cómo funciona realmente para que entiendas por dónde van los tiros. Pensemos, en primer lugar, en un Tetris. Partamos de la premisa de que ahora las piezas habituales pueden separarse en terrenos. Así, una L puede ser un bosque, mientras que un tetrimino cuadrado puede dar forma a una llanura, y una pieza larga a un río.
A diferencia del Tetris original, tu objetivo no está en crear líneas para eliminarlas y que continúe la partida. Hay un número limitado de piezas y todas deben entrar en el hueco preestablecido, así que no nos sirve ir dejando agujeros por todos lados porque se van a convertir en una penalización. El objetivo será unirlas de la forma más estratégica posible para que, cuando se produzca esa línea, puedas extraer los recursos que hay en ella. A partir de aquí, sigamos sumando.

Con un estilo roguelite, cada pantalla nos encaminará hacia el objetivo de luchar contra el jefe final de turno. Gracias a los recursos conseguidos podremos ir ampliando y mejorando nuestra colección de cartas que, a los elementos propios de cada escenario anteriormente mencionados, sumará edificios específicos con dos objetivos. El primero de ellos serán las clásicas granjas y aserradores que, combinados con las piezas de escenario, cederán hueco a más cantidad de recursos. El segundo, unidades militares que tendrán que luchar al finalizar el tablero.
Entre los tetriminos caerán las propias de nuestra baraja, pero también las del enemigo que forme parte de ese nivel. Al combinarlas con el resto de piezas, o evitar hacerlo, las unidades disponibles de cada campamento crecerán para ofrecer un mayor número de soldados o arqueros que, llegado el momento, tendremos que poner a luchar contra las tropas del enemigo mediante el clásico esquema de piedra, papel y tijera. Arqueros ganan a hachas, espadas ganan a arqueros… Ya sabéis cómo funciona esto. Y vaya si funciona.
Un firme candidato a joya oculta de Steam
Pese a que Drop Duchy no llegará hasta abril de este año, en Steam ya hay una demo disponible que nos deja acercarnos brevemente a lo que propone. Una partida en la que ver cómo su demencial idea de meter cinco juegos distintos en la misma coctelera termina entregando una bebida tan refrescante como adictiva.
Si bien es cierto que termina siendo una suma de prácticamente todo lo que me gusta en un indie de este estilo, pararse a leer los dos primeros párrafos de este texto da buena cuenta de hasta qué punto podría haber salido fatal el experimento. Sin embargo, se las apaña para mantener esa dualidad entre lo cozy de dar forma a un pueblecito sin demasiados agobios, y el desafío de ir queriendo perfeccionar cada vez más cómo abordas cada puzle.
Bajo la promesa de tres clases distintas con diferentes estrategias y hasta 110 cartas únicas con las que ir formando tu mazo poco a poco, queda claro que por falta de contenido no va a ser. Visto lo visto en la demo, pocas preocupaciones hay tampoco respecto a su balanceo, pero habrá que ver hasta qué punto consigue mantenerlo en una generación procedimental de retos con tantas opciones a su alcance.
Por lo pronto, que el paso por la demo me haya llevado a situaciones muy distintas y haya salido indemne aporta suficiente tranquilidad como para querer esperarlo con ganas. Drop Duchy parece el típico juego que, acompañado de un podcast o una retransmisión de Twitch, puede tenerte pegado a la pantalla hasta las tantas sin que te percates del paso de las horas. Va directo a mi lista de deseados de Steam.
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La noticia
No sé cómo lo ha hecho, pero este juego de Steam ha conseguido meter en el mismo saco todo lo que me gusta: Edad Media, estrategia y Tetris
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Rubén Márquez
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