Llevo años obsesionado con organizar mi colección de cartas. Tras despilfarrar un montón de dinero y ver mil vídeos de YouTube, he hallado la paz. O no

Los juegos de cartas intercambiables (TCG) son una de mis pasiones desde que era niño, pero disfrutar de ellos acarrea una responsabilidad que puede llegar a ser increíblemente densa: almacenar. Los propios naipes, pero también infinidad de cachivaches asociados a ellos. Y a medida que me lo he ido tomando más en serio, también ha ido aumentando en preocupaciones acerca de cómo protejo, guardo y transporto mis cosas; algo que —asumo— también afectará a otros.

¿Cuáles son estos problemas? La respuesta a esa pregunta varía de una persona a otra porque cada uno disfruta de los TCG a su manera. He leído en Reddit historias de gente que baraja sus cartas coleccionables al estilo Riffle (Riffle shuffle, si lo quieres buscar en YouTube) despreocupándose por completo de dañarlas, o llevan una baraja en el bolsillo. No es que eso me parezca mal, porque tal vez esos métodos sean perfectos para sus dueños, pero no son para mí.

Y si eres como yo y te preocupa eso de tener las cosas protegidas y organizadas, el problema real es que tienes muchas opciones distintas para hacer todo eso; y rara vez encuentras una que satisfaga tus necesidades particulares del todo bien. He tenido fundas de prácticamente todas las marcas y estilos, porque hay una cantidad sorprendente de ellos; como también cajas para el mazo (deckboxes), para la colección e incluso álbumes. También para fichas, dados y contadores.

En esto se usan dados, fichas y contadores de toda clase. Terminé pidiendo moldes por encargo desde Etsy.

De crío, mis primeras barajas de aprendizaje en el colegio con fundas genéricas baratas (lo que internacionalmente conocen como penny sleeves) en una lata de Ultra-Pro que aún guardo con cariño; pero ahora me preocupo por cosas como si debo comprar fundas ajustadas (perfect fit) para hacer un doble enfundado y proteger mis cartas más valiosas o que tienen doble cara, o el balance entre precio, transparencia, resistencia y suavidad (shuffle feel) de las fundas de juego.

También por si me interesan más las cajas de mazo con ventana o sin ventana, con o sin cierre magnético, de plástico o de textil, si tiene o no departamento para dados y contadores o no; y en ese último caso, cómo los transporto. Eso es solo para las cartas que voy a jugar en un día, pero luego está la cuestión de cómo guardo el resto o cómo las organizo para que me sea cómodo echarles un vistazo y hacer cambios cuando sea pertinente.

Uno de los ejemplos de negociaciones que he hecho con el paso de los años está en las fundas que compro para Pokémon. El JCC Pokémon es uno en el que barajas muchísimo en comparación con Magic: the Gathering, especialmente si vienes de Commander y de mazos verdes como un humilde servidor.

Las fundas de Gamegenic (gris claro) neutralizan el efecto holográfico. Ahora uso las otras para todo.

Gamegenic tiene unas fundas increíblemente suaves y que además son bastante asequibles frente a las de otras marcas, con un tacto más parecido al papel que al plástico; pero también son más fáciles de rasgar y tienen un acabado mate que contrarresta el efecto holográfico impreso en las cartas de Pokémon ex, que casi siempre son los más importantes a la hora de hacer funcionar el mazo.

Con las cajas de mazo tienes problemas parecidos: los textiles con ventana tienen un aspecto formidable y a menudo te permiten llevar a tu comandante en una funda especial (p. ej. toploaders o one-touches) pero ocupan mucho espacio a causa del cierre magnético que suelen llevar y no es lo más práctico si tienes también el tapete o una cajita para dados y fichas.

En 3D Juegos

El jefe más difícil de la historia está en Final Fantasy, nadie pudo con él en casi 7 años y ahora es una carta de Magic the Gathering

A todo esto tenemos que sumar preocupaciones distintas con el espacio que ocupan tus cosas en la mesa, la facilidad para colocar ciertos objetos (no quieres perder mucho tiempo sacando cosas de la mochila) o el hecho de que algunos mazos tienen sus propias necesidades. Puro caos. En algún punto de esta historia decidí hacerme un croquis en un documento de Google Docs para tener una imagen más o menos precisa de lo que quería hacer con cada carta, pero terminó siendo muy enrevesado para mantener cierta constancia.

Con cierre ajustable, one-touches, toploaders... hay muchos tipos de fundas con distintos usos.

El mundo de los TCG es apasionante, pero como puedes ver, también puede ser un poco agobiante dependiendo de qué tipo de jugador seas. Para la mayoría, una caja blanca de almacenamiento de cartas para guardar el bulk que no tienes en uso basta y sobra; para otros, no es suficiente. ¿Te gustaría saber qué pasó al final con todo este berenjenal? Pues que afortunadamente para mí, he dado con un modus operandi con el que estoy contentísimo y me da paz.

La solución más fácil y universal a las cartas

Desde la perspectiva de alguien que no vende cartas, aquí solo hay dos vertientes distintas a la hora de disfrutar del mismo hobby: jugar y coleccionar. He intentado dar con la solución más universal posible a las necesidades que plantea cada una de esas dos vertientes, y he dado con estas soluciones. Si quieres tomar nota de algo para hacer tu propia vida más fácil, estás más que invitado a hacerlo.

A la hora de jugar

Actualmente uso accesorios de Ultimate Guard para casi todo. La web oficial me suele salir igual o más barata que en otras tiendas, y la disponibilidad de los productos no es mala, así que puedo comprar muchas cosas a la vez para ahorrar gastos de envío. Uso fundas de la serie Katana, que son un poco más caras que otras, pero que también son muy resistentes, suaves y con buena transparencia.

Son un poco más cortas y apretadas que las de Dragon Shield, de modo que las cartas que juegas se ven proporcionadas. Para no dañar las cartas de doble cara, compro dos tipos de Katana distintas: unas opacas para jugar, y otras que son transparentes por los dos lados.

Así, puedo llevar conmigo una pequeña sideboard con fichas y cartas de doble cara que va fuera del mazo, y dentro del mazo pongo lo que en MTG se conoce como helpers: cartas de una cara personalizables que puedes usar para representar otras de dos caras. Cuando quiero lanzar un hechizo de doble cara que me ha tocado, simplemente cambio el helper por la carta correspondiente que tengo fuera.

En cuanto a cajas de mazo, uso las llamadas Boulder Deckbox, también de Ultimate Guard. Son completamente sólidas e inflexibles, con un exterior compacto y uniforme que puede ser translúcido (mi caso) u opaco. Las que tienen capacidad de 100+ cartas, que se usan en Commander/EDH, son justo un 50% más grandes que las de 60+ cartas para mazos del JCC Pokémon u otras modalidades de MTG; y es muy fácil juntarlas en una misma caja de raíles porque dos deckboxes de MTG ocupan justo lo mismo que tres de Pokémon.

También tengo una deckbox dual que compré por AliExpress con espacio para dos mazos de Commander y un cajón inferior espacioso, de modo que cuando quiero echar una tarde con amigos solo tengo que meter en la mochila eso y un tapete. Muy fácil y cómodo. Todas las deckboxes menos esta van en una solución de almacenamiento masivo. En mi caso es de UG, pero otras muchas marcas tienen los suyos propios. Gamegenic tiene uno súper curioso llamado Dungeon que se vende con un raíl modular muy útil, pero no he podido probarlo.

A la hora de coleccionar

Reconozco que alguna vez he comprado cartas de MTG por su arte, pero en general las únicas que me interesa coleccionar son las de Pokémon. Esto son palabras mayores, ojo, porque cada set (con apenas dos o tres meses de diferencia) suele traer consigo cartas muy buscadas, o chases, increíblemente caras. Algunas personas van detrás de ellas, o tratan de completar sets.

Pero yo disfruto más haciendo mis propios objetivos. Me gusta reunir cartas de mis Pokémon o artistas favoritos, que van desde algunos populares como Akira Egawa o Shinji Kanda hasta otros un poco más de nicho como Saboteri o Kiyotaka Oshiyama. Para estos casos, tengo un álbum dedicado con hojas de 18 bolsillos.

Puedes tener el que quieras, pero mi recomendación personal es que busques siempre aquellos álbumes que tienen anillos en forma de D —los que cierran como una O pueden dañar tus cartas al cerrarlo— o mejor aún, los que no tienen anillos en absoluto. Estos últimos pueden incluso tener cierres de cremallera, que es la apuesta más segura. Muchas marcas lo tienen, pero asegúrate que sea de las dimensiones que te interesan y de que los bolsillos no sean (o sí, según quieras) para fundas toploader.

Y por último está el bulk, que como decíamos antes, son las cartas que tienes sueltas y no usas. Existen soluciones muy buenas por ahí, pero no todas son fáciles de encontrar desde España a un precio razonable. He optado por un punto medio en términos de calidad-precio que son las cajoneras-archivador de Dragon Shield, o como ellos llaman, Fortress. Son de cartón, y por lo tanto no son las más duraderas, pero son resistentes y relativamente fáciles de localizar en comercios europeos a través de (por ejemplo) Cardmarket.

Si tuvieras la suerte de cruzarte con uno, hay una alternativa genial que es el archivador de BCW (los mismos que hacen las míticas cajas de blanco). De plástico, apilable y fácil de unir. Pero encontrarlo por aquí es casi imposible. No dudes en avisarme si lo logras. Mientras tanto, estamos cubiertos.

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