Son dos géneros que pegan como el agua y el aceite, pero un maestro de Blizzard ha juntado RPG de fantasía y battle royale, y la mezcla promete

Son dos géneros que pegan como el agua y el aceite, pero un maestro de Blizzard ha juntado RPG de fantasía y battle royale, y la mezcla promete

Son dos géneros que pegan como el agua y el aceite, pero un maestro de Blizzard ha juntado RPG de fantasía y battle royale, y la mezcla promete

Farándula, Tecnología y Videojuegos | Adinfiny Noticias

Últimas Noticias de Farándula, Tech y Gaming | Playlist Actualizada Adinfiny TV

Farándula, Tecnología y Videojuegos | Adinfiny Noticias

Últimas Noticias de Farándula, Tech y Gaming | Playlist Actualizada Adinfiny TV

La mezcla de géneros no es rara en el videojuego. Al final del día, las ideas más extrañas surgen de lo imposible, y cuando me senté a ver por primera vez Arkheron, la ópera prima de Bonfire Studios, pensé: "quizá no sea tan buena idea mezclar conceptos tan dispares como la acción RPG de un Diablo y Apex Legends". Pero luego vi que el equipo de desarrollo estaba conformado por veteranos de Blizzard, con Rob Pardo —diseñador de StarCraft y Diablo II— al frente, y confié como nunca.

Bonfire Studios nace de la necesidad de ir más allá, de alejarse de una gran editora como Blizzard Entertainment, pero con veteranos de algunos de sus mejores juegos. Con la idea de que "la jugabilidad es importante" y "dialogar con el jugador es lo que hace que un videojuego sea bueno", además de una recomendación de Pardo de tomar, si es posible, un tiempo sabático para reorganizar ideas, el estudio se embarcó en la tarea de dar rienda suelta a un proyecto tremendamente colaborativo que bebiera, obviamente, de su pasado, pero que también expandiera considerablemente sus propuestas como antes no pudieron hacerlo.

Así nace Arkheron, un proyecto que, cabe mencionar, Pardo no supo calificar dentro de un género concreto. En realidad, encaja en dos: un battle royale diablo-like. Con esto en mente, el juego de Bonfire Studios parte de una premisa sencilla: 15 equipos de tres personas compitiendo en una torre llena de peligros, donde solo uno llega a la cima. Pero la realidad es que se siente mucho más fresco de lo que suena sobre el papel, porque aquí no se trata únicamente de sobrevivir o disparar mejor que el resto, sino de improvisar, adaptarte a lo que encuentras y montar tu propio estilo de juego en cuestión de minutos.

Arkheron parece un Apex Legends ambientado en el mundo de Diablo

Comienzas sin nada, literalmente a puño limpio, y la tensión se palpa desde el primer segundo. En lugar de buscar armas de fuego como en otros PvP, aquí lo que cazas son Reliquias: objetos con poderes y habilidades que cambian completamente tu manera de luchar. Un amuleto que te da un escudo, una corona que potencia tus ataques, armas con efectos muy distintos… Todo suma, y en apenas unos minutos tu personaje puede pasar de ser un novato indefenso a un guerrero lleno de posibilidades. Esa sensación de crecimiento acelerado es adictiva y te obliga a pensar en equipo desde el inicio.

Arkheron 1

Una de las grandes ideas es que no hay clases predefinidas. No hay tanque, ni sanador, ni mago de apoyo, sino que tú decides cómo te construyes en cada partida. ¿Quieres especializarte en daño cuerpo a cuerpo? ¿Prefieres algo más evasivo y defensivo? Todo depende de los cuatro objetos que elijas llevar encima. Y lo mejor: si encuentras un set de Reliquias completo, puedes transformarte en un Eterno, una especie de forma definitiva que te otorga un quinto poder… pero a costa de bloquearte en ese rol el resto del encuentro. Es una apuesta arriesgada que añade dinamismo al conjunto.

No hay clases, y es una apuesta arriesgada que añade dinamismo al conjunto

El corazón del juego, eso sí, sigue estando en el modo Ascension Royale más que en los RPG de acción. Aquí la torre donde juegas, en lugar de ser un mapa horizontal, se convierte en una especie de carrera a la desesperada: aparecen balizas que son las únicas zonas seguras frente a la tormenta abisal que va devorando el mapa. No hay espacio para todos, así que las peleas son inevitables. Esa dinámica genera enfrentamientos intensos, porque no luchas solo por sobrevivir, sino por ganarte un sitio que te permita subir al siguiente piso. El ritmo de cada ronda es brutal: apenas te da tiempo a respirar antes de que la siguiente amenaza caiga sobre ti.

Arkheron 2

Cada piso de la torre se siente como un microcosmos distinto, con sus propios peligros y oportunidades. Y es que, heredado de Diablo, sorprende narrativamente. Arkheron no se limita a ser un multijugador competitivo sin alma: la torre está construida a partir de recuerdos del mundo de los vivos, fragmentos que cambian con el tiempo. Esa idea le da un aire surrealista y oscuro que se nota en los escenarios y en la presencia de los Eternos, esos personajes ligados a memorias que no logran abandonar. La promesa de que el lore se expandirá y afectará al propio juego es muy sugerente y abre la puerta a un PvP con una identidad mucho más marcada que la media.

El combate de Arkheron es lo que más miedo me da

El problema —y es algo que curiosamente el estudio ve como su mayor baza— es que el combate no es un simple "haz clic hasta ganar", como en otros action RPG. Arkheron usa una perspectiva isométrica con apuntado libre, lo que obliga a moverte, esquivar y calcular muy bien tus ataques. El resultado es un sistema en el que los reflejos importan tanto como la coordinación con tu equipo. Sin embargo, y a simple vista, el sistema de combate de un Diablo-like no parece muy proclive al enfrentamiento contra varios jugadores y equipos distintos. Con más de 2.000 horas en Apex Legends, he llegado a ver —y a ejecutar yo mismo— varios combates de dos contra uno donde el que tenía todas las de perder salía victorioso.

Arkheron 5

No he podido jugar Arkheron, pero en el gameplay que pudimos ver, un enfrentamiento contra otros jugadores y varios enemigos controlados por la IA convierte al proyecto de Bonfire en uno demasiado difícil de leer y aún más complicado de afrontar en combates desiguales. De hecho, sí: hay enemigos controlados por la IA. En este caso, el proyecto es más bien un PvEvP, donde aparecen desde minions que sueltan loot estándar o monedas, hasta jefes de zona para conseguir mejor equipamiento o, en el peor de los casos, bosses a batir porque, casualmente, la baliza para ascender al siguiente piso ha caído, de forma aleatoria, a los pies de un enemigo con 3.000 de vida y mucha mala leche.

Arkheron no castiga tanto como otros battle royale

Lo que creo que podría balancear su dudoso sistema de combate es que Arkheron no castiga tanto como otros battle royale. Sí, perderás si no reclamas una baliza o si te elimina otro equipo, pero en cada intento descubres nuevas combinaciones, aprendes a aprovechar mejor tus Reliquias y entiendes cómo adaptarte a las circunstancias. Esa curva de aprendizaje rápida hace que sea fácil engancharse, y la variedad de estrategias posibles asegura que siempre hay algo nuevo por probar.

Arkheron 3

Arkheron es un soplo de aire fresco de un equipo cuyo currículo no deja lugar a dudas. Tiene la tensión de un battle royale, la improvisación de un roguelike y la acción de un Diablo. Todavía es pronto para ver hasta dónde llegará y, sobre todo, para comprobar si mis dudas sobre el combate afectarán al juego, pero me queda claro que Bonfire Studios ha encontrado una fórmula muy potente.

En 3DJuegos | Lo único que le pedía al regreso de una de las mejores aventuras gráficas de los 90 es que fuera fiel al clásico. He hablado con su creador original, y ahora solo quiero jugar

En 3DJuegos | Lo nuevo de Riot Games y Silksong son la demostración de que no tenemos que obligarnos a jugar todo lo que sale

-
La noticia Son dos géneros que pegan como el agua y el aceite, pero un maestro de Blizzard ha juntado RPG de fantasía y battle royale, y la mezcla promete fue publicada originalmente en 3DJuegos por Alberto Lloria .