Con las catapultas magnéticas del Fujian China miró de frente a EEUU. Lo que viene después cambia la categoría por completo
Farándula, Tecnología y Videojuegos | Adinfiny Noticias
Últimas Noticias de Farándula, Tech y Gaming | Playlist Actualizada Adinfiny TV
Farándula, Tecnología y Videojuegos | Adinfiny Noticias
Últimas Noticias de Farándula, Tech y Gaming | Playlist Actualizada Adinfiny TV
La semana pasada China anunciaba su primer portaviones 100% nacional dando un golpe en la mesa y dejando muy claro cuáles son sus aspiraciones navales. Ahora, la aparición de nuevas imágenes procedentes del astillero de Dalian ha reavivado uno de los movimientos navales más significativos del siglo XXI: el avance de China hacia un portaaviones que lo sitúa en un nivel desconocido.
El salto estratégico. Nos referimos al que apunta a ser el primero de propulsión nuclear, conocido provisionalmente como Tipo 004. El hallazgo visible de una estructura que recuerda a un compartimento de reactor (similar a los que se encuentran en los superportaaviones estadounidenses) sugiere que Pekín está dando el paso definitivo hacia una capacidad que hasta ahora solo poseen Estados Unidos y Francia.
La transición no es simbólica, sino estructural: un portaaviones nuclear ofrece autonomía prácticamente ilimitada, potencia eléctrica masiva para sensores avanzados y capacidad sostenida para operar más lejos de la costa, un elemento esencial para una China que aspira a proyectar poder más allá de su periferia inmediata.
La catapulta del Fujian. El reciente ingreso en servicio del Fujian, su primer portaaviones con catapultas electromagnéticas ya había marcado una ruptura con la era STOBAR, pero el Tipo 004 representa un salto tecnológico aún mayor al integrar propulsión nuclear con el ecosistema de lanzamiento más avanzado que posee la marina china.
Incluso así, la planificación naval china parece bifurcarse: mientras construye este ambicioso buque, informes indican que también trabaja en otro portaaviones convencional mejorado, una señal de que Pekín quiere combinación de masa y élite para acelerar su transformación naval.
En nuevo portaaviones en construcción
Arquitectura comparada. La razón por la que el Tipo 004 suscita tanta atención es que, en su diseño, concentra la síntesis de tendencias globales: un casco inspirado en las líneas del Ford estadounidense, catapultas EMALS similares a las norteamericanas y francesas, y una cubierta capaz de operar desde cazas furtivos J-35 hasta drones navales GJ-11 o aviones AEW&C KJ-600.
Las imágenes satelitales revelan una cubierta en construcción que incluirá dos catapultas en la zona de babor (además de dos en proa), igualando la disposición de los buques estadounidenses y superando en capacidad a la propia Fujian, que solo tiene una catapulta en la sección oblicua.
Bola extra. La visión del programa es clara: dotar al Tipo 004 de un ala aérea más pesada, variada y tecnológicamente compleja, optimizada para operaciones sostenidas y para roles de control del espacio aéreo y marítimo más allá del litoral chino.
El desarrollo paralelo de un posible “Tipo 003A” convencional (más barato, más rápido de producir y basado en una arquitectura ya dominada) demuestra cómo China combina innovación disruptiva con iteración industrial, asegurándose volumen suficiente como para saturar cualquier intento de contención regional. Si la nuclearización otorga alcance y resiliencia, la construcción simultánea de buques convencionales asegura ritmo y densidad de flota.
Energía ilimitada. Plus: su función no es solo mover aeronaves más lejos, sino servir como plataforma energética para un conjunto de armas emergentes que transformarían la guerra naval. Voces oficiales, como el profesor Liang Fang del National Defence University, afirman que la futura clase nuclear china podría portar armas de energía dirigida (incluidas armas láser de alta potencia y el ansiado cañón electromagnético o rail gun).
Estas armas no son meros complementos futuristas: exigen cantidades de energía colosales y una estabilidad eléctrica que solo puede ofrecer un reactor nuclear naval. El rail gun, basado en la aceleración de proyectiles metálicos a velocidades hipersónicas mediante campos electromagnéticos, es un sistema que Estados Unidos abandonó por costes y madurez tecnológica, pero que China continúa desarrollando como parte de su disrupción estratégica.
Y más. Su atractivo reside en la velocidad de salida, la falta de explosivo y la posibilidad de impacto cinético devastador a bajo coste por disparo, aunque su consumo eléctrico es gigantesco. La convergencia entre portaaviones nuclear y armas electromagnéticas se alinea con los planos ya esbozados por figuras como el almirante Ma Weiming, responsable del programa electromagnético del EPL, y representa un intento claro de convertir un buque insignia en un nodo tecnológico capaz de desafiar el predominio naval estadounidense en dominios emergentes.
La dimensión operativa. Recordaban los analistas de TWZ que la futura ala aérea del Tipo 004 combina aviación tripulada avanzada y drones de gran tamaño, creando un sistema híbrido diseñado para la proyección ofensiva y la conciencia situacional en un radio de acción ampliado. La integración de drones furtivos como el GJ-11, aeronaves AEW&C pesadas como el KJ-600 y cazas J-35 de quinta generación permitiría a China adoptar un modelo operativo más cercano al estadounidense: combate aire-aire extendido, vigilancia persistente, guerra electrónica distribuida y capacidad de ataque profundo.
A ello se suman los nuevos buques anfibios Tipo 076 (también equipados con catapultas electromagnéticas para lanzar drones) que complementarían a los portaaviones con funciones de saturación, control aéreo regional y apoyo a operaciones dirigidas hacia Taiwán o el mar de China Meridional. El resultado es, a priori, una armada que, aunque aún inferior en número a los once superportaaviones estadounidenses, recorta distancia con una rapidez sin precedentes.
China y el nuevo equilibrio. En resumen, el Tipo 004 simboliza un giro estratégico decisivo: China ya no solo moderniza su flota, sino que aspira a igualar la autonomía, la capacidad tecnológica y el alcance global de los portaaviones estadounidenses mediante la combinación de propulsión nuclear, armas electromagnéticas, láseres de alta energía y una aviación embarcada de nueva generación.
La integración visible del módulo de reactor en Dalian confirma que Pekín busca operar una suerte de superportaaviones capaces de sostener misiones oceánicas prolongadas y alimentar sistemas futuristas que podrían redefinir la guerra naval. A la vez, el desarrollo paralelo de otro modelo convencional demuestra una estrategia dual que busca volumen y sofisticación a la vez, reduciendo rápidamente la brecha con la US Navy.
Dicho de otra forma, China se encamina hacia una arquitectura marítima basada en energía abundante y dominio del espectro electromagnético, un cambio que obliga a replantear por completo la competencia global por el control de los mares.
-
La noticia
Con las catapultas magnéticas del Fujian China miró de frente a EEUU. Lo que viene después cambia la categoría por completo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Miguel Jorge
.