Las plantas termosolares son una ruina, así que ahora tienen dos trabajos: generar energía de día y cazar asteroides de noche

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En su momento parecían el futuro de la energía solar por su capacidad para seguir el Sol con espejos oscilantes. Hoy las plantas solares de concentración, las que dirigen la luz mediante helióstatos hacia una gran torre central, no pueden competir con el desplome de precios de la fotovoltaica. Pero cuando una puerta se cierra, a veces se abre una ventana al universo.

En corto. Un proyecto piloto en Estados Unidos ha empezado a aprovechar estos gigantescos campos de espejos cuando cae el Sol para la defensa planetaria. Por el día, los helióstatos generan energía concentrando la luz solar en una torre conectada a unas turbinas de vapor. Por la noche, defienden el planeta de asteroides potencialmente peligrosos.

Las cifras son demoledoras. La energía solar termoeléctrica ha perdido la batalla contra la fotovoltaica por goleada. En 2023, el mundo instalaba la cifra récord de 345,5 gigavatios en paneles solares, pero la termosolar apenas añadía 0,3 GW en total. Y lo que es peor, desde entonces no se iniciado la construcción de ninguna nueva planta.

Aunque España, líder mundial en tecnología de concentración, mantiene sus centrales funcionando, otros proyectos se cancelan o reconvierten. Marruecos ha sustituido la parte termosolar del megacomplejo Noor Midelt por fotovoltaica tras calificarla de "tecnología inmadura y cara". Y proyectos icónicos, como la gigantesca planta de Ivanpah en California, afrontan ahora su cierre por no poder competir con el bajo precio del kilovatio-hora fotovoltaico.

Salvar el planeta, y de paso la inversión. Ante este panorama, ¿qué se puede hacer con estas enormes y costosas infraestructuras? John Sandusky, investigador científico de los Laboratorios Sandia, lleva casi 20 años dándole vueltas a una idea. "Los campos de helióstatos no tienen un trabajo nocturno. Simplemente están ahí, sin usarse", explica en un comunicado. "Tenemos la oportunidad de darles un trabajo nocturno a un coste relativamente bajo para encontrar objetos cercanos a la Tierra".

La propuesta no es usar los helióstatos para tomar fotos del cielo. Su calidad óptica no es suficiente para formar imágenes nítidas como un telescopio. La genialidad de la propuesta, plasmada en un estudio de finales de 2024 que ya se ha puesto en práctica, reside en usar lo que mejor hacen estos espejos: concentrar luz. Muchísima luz.

Cómo funciona. El método tradicional busca en las imágenes de larga exposición las estelas que dejan los asteroides al moverse contra el fondo de estrellas fijas. El método de Sandusky es radicalmente distinto y se basa en análisis de frecuencias.

En lugar de apuntar a un punto fijo, el software de la planta hace que los helióstatos (espejos diseñados para seguir el sol) oscilen, barriendo una pequeña porción del cielo a un ritmo constante y repetitivo. La luz de las estrellas, barrida a este ritmo constante, genera una señal en el receptor de la torre con una frecuencia específica y predecible. Es el "tono" base del cielo.

Si un asteroide cruza ese campo de visión, se mueve a una velocidad angular diferente a la de las estrellas. Esto hace que la luz que refleja genere una señal con una frecuencia ligeramente distinta a la del "tono" base. Es un cambio minúsculo, pero medible con la tecnología actual. Y se puede usar para detectar asteroides por su velocidad relativa a las estrellas.

De la teoría a la práctica. Un equipo ha demostrado su viabilidad usando un único helióstato, y ya está trabajando en escalar el proyecto a una gran planta solar para aumentar la sensibilidad y poder detectar objetos más pequeños y lejanos. Incluso rastrear satélites y otros objetos en el espacio cislunar, para vender la idea a la Fuerza Espacial.

La idea de Sandusky es un ejemplo magistral de pensamiento lateral. En lugar de construir nuevos y carísimos observatorios, reutiliza una infraestructura multimillonaria que de otro modo estaría inactiva la mitad del tiempo. Una tecnología que lucha por sobrevivir en el competitivo mercado energético y que podría encontrar una segunda vida, un segundo empleo.

Imagen | Pexels

En Xataka | Fue inaugurada en 2014 como la mayor planta de energía solar térmica del mundo. Cerrará tras prender fuego a los pájaros

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La noticia Las plantas termosolares son una ruina, así que ahora tienen dos trabajos: generar energía de día y cazar asteroides de noche fue publicada originalmente en Xataka por Matías S. Zavia .