Empecé a jugarlo creyendo que me quitaría el estrés, pero hizo justo lo contrario. Tamagotchi Plaza no es el cozy game que esperaba

Creo que todos tenemos más o menos claro que la nostalgia juega un papel muy importante en la industria de los videojuegos. Cuando vi que Tamagotchi Plaza iba a salir para Nintendo Switch y Nintendo Switch 2, recordé con mi novia lo simpático y entretenido que eran Tamagotchi Connection: Corner Shop y su secuela para Nintendo DS. Estoy convencido de que muchas personas también tendrán en la memoria sus minijuegos basados en oficios.

Han pasado muchos años desde la salida de esos títulos. En ese momento ni siquiera se hablaba de cozy games, una vertiente que está muy de moda actualmente y en la que encaja perfectamente el nuevo videojuego de Bandai Namco. El problema es que lo que se suponía que tenía que ser una experiencia relajante y perfecta para desconectar se ha convertido en una muy frustrante en más de una ocasión.

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Un juego adorable con decisiones muy poco amables

En Tamagotchi Plaza, que también se considera parte de la franquicia Corner Shop que he mencionado antes, tienes que ayudar a los simpáticos personajes de esta saga a convertir Ciudad Tamahiko en un lugar perfecto para celebrar el gran festival de los Tamagotchis. El mismísimo Príncipe Tamahiko pide tu ayuda para levantar la urbe y hacerla brillar como nunca. El estilo kawaii y cuqui te anima a ello, pero, ¿cómo puedes hacerlo?

En la ciudad hay multitud de tiendas que están regentadas por otros personajes, pero necesitan la ayuda de un trabajador. Vamos, que por sí sólos no son capaces de atender al resto de habitantes, así que necesitan un "currito" que abra el negocio y atienda sus necesidades. Así puedes, te conviertes en un chef que hace galletas, en un mecánico que arregla bicis, en un dentista o en un rapero que entretiene a los fans de la música.

Este es sólo un ejemplo de los múltiples negocios que puedes encontrar, porque de entrada hay una decena. Hay un par secretas, que obtendrás conforme avances en el crecimiento de la ciudad, como dos empresas regentadas por un ninja. En ellas, por ejemplo, se utilizan de forma muy acertada las características de los Joy-Con 2 en Nintendo Switch 2. Por ejemplo, lanzas shurikens haciendo uso del sensor del ratón.

El trabajo en las tiendas se ejecuta a través de pequeños minijuegos, que suelen durar menos de un minuto por cliente, aunque depende un poco de cada uno. Hay bastante inconsistencia, porque algunos están muy inspirados, y otros son muy simples y aburridos. Algunos de ellos se pueden jugar junto a un amigo (la mayoría en cooperativo) y ojalá hubiera más así, porque los hace más interesantes. Y falta contenido, la verdad.

Pero el problema no está tanto en que los minijuegos sean repetitivos o inconsistentes. El gran inconveniente es que Tamagotchi Plaza no explica nada. Es cierto que en Nintendo DS pasaba lo mismo, pero han pasado 20 años. Estamos en otra época, en la que la accesibilidad es importante. A Bandai Namco le da igual eso y no lo entiendo porque, más que un cozy game, es un juego infantil, y no veo bien ponérselo difícil a los niños y niñas.

Cuando digo que no hay ningún tipo de explicación no lo digo de broma. Por un lado, los minijuegos se basan en prueba y error. ¿Un cliente te pide un té matcha? Pues suerte con saber cuál de los iconos de bebidas es el correcto, porque no aparece ni un nombre. ¿Y si te toca dibujar un manga? Ya puedes echarle imaginación, porque las indicaciones son muy pobres y es realmente complicado acertar.

Por otro lado, tampoco está claro cómo se avanza en el juego. No hay pistas; ni siquiera parece haber un criterio para la cantidad de dinero que te pagan los clientes. Luego te das cuenta de que todo consiste en trabajar y trabajar, hasta que de vez en cuando aparece el Príncipe como cliente y eso te permite evolucionar la tienda (a nivel visual). Además, con el dinero, es posible comprar mejoras para la plaza central de la ciudad.

Esta falta de claridad en la jugabilidad y en el avance son muy frustrantes en las primeras horas, y creo que pueden ser determinantes para que más de uno y una lo dejen tirado a las primeras de cambio. Hubiera sido mi caso si no tuviera que escribir sobre él. Es cierto que cuando superas ese escollo, se disfruta más. Aún así, no deja de ser un videojuego muy sencillo, con un público casual e infantil como principal audiencia.

Y eso es fantástico, pero no comprendo por qué es tan poco amable con el jugador. Lo cierto y verdad es que en Nintendo DS todo era más intuitivo, a pesar de que era también muy opaco. En la actualidad hay unos mínimos que se deberían cumplir, no sólo por una cuestión de accesibilidad, sino para hacer que la experiencia sea satisfactoria. Tamagotchi Plaza pasa de eso y al principio hay que hacer un esfuerzo adicional para pasarlo bien.

Conecta el juego con tu Tamagotchi Uni

De todas formas, si estás buscando un videojuego para desconectar y eres capaz de aceptar esos inconvenientes que te planteo, en Tamagotchi Plaza puedes encontrar ese cozy game para estar tranquilo durante unos minutos. Tendrás la motivación de exprimir los negocios para desbloquear nuevas tiendas y algunas sorpresas, así como para intentar conocer a todos los Tamagotchi, que se registran como si fuera una Pokédex.

Por cierto, algo interesante es que puedes conectar el videojuego al Tamagotchi Uni, uno de los dispositivos más recientes que ha lanzado la franquicia. Está bastante avanzado y cuenta con una tecnología que ya nos hubiera gustado experimentar de pequeños. Desgraciadamente, no cuento con este artilugio, así que no puedo hablarte de cómo es la compatibilidad, pero al menos que sepas que puedes hacerlo.

Tamagotchi Plaza me ha hecho viajar al pasado, aunque la nostalgia no ha sido suficiente para enamorarme. Quiere ser un cozy game entrañable y relajante y, aunque lo logra cuando pasan las horas, al principio es un caos adorable que te obliga a improvisar más de la cuenta. Si logras superar el primer muro de frustración, puedes encontrar en él una experiencia sencilla y simpática para ratos sueltos.

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